Estaba casado con la actriz Fedra Lorente, madre de su única hija y su mayor apoyo hasta el final.
El mundo de la música española despide hoy a Miguel Morales, histórico integrante de Los Brincos, una de las bandas más emblemáticas de los años 60. El músico ha fallecido a los 75 años, según adelantó Vanitatis, tras una enfermedad que prefirió mantener en la intimidad. Discreto y alejado del foco mediático, Morales vivía junto a la actriz Fedra Lorente, con quien compartió casi cinco décadas de vida y una profunda complicidad personal y artística.
Hermano de Junior Morales, cuñado de Rocío Dúrcal y tío de Carmen y Shaila Dúrcal, Miguel pertenecía a una de las sagas más queridas de la música y el espectáculo español. Precisamente, Shaila Dúrcal lo ha despedido con un vídeo familiar en redes sociales, recordando los momentos felices que compartieron: “Nos hacías reír siempre, tío Miguel. Te vamos a echar tanto de menos”.
Último adiós en Madrid
Los familiares y amigos del músico se reunirán este viernes por la tarde en el Tanatorio Norte de Madrid, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, donde se ha instalado la capilla ardiente. La despedida tendrá lugar el sábado a las 14:00 horas, en un acto íntimo.
Su pérdida llega apenas un año después de la muerte de su hermano Ricky Morales, con quien trabajó durante años en distintos proyectos musicales. En su entorno más cercano, la preocupación se centra ahora en Fedra Lorente y en Alejandra, la hija de ambos, que fueron su gran amor y su principal apoyo hasta el final.
Una historia de amor y arte
Miguel y Fedra se casaron en 1976 tras siete años de noviazgo. La actriz, célebre por su papel de La Bombi en el mítico Un, dos, tres… responda otra vez, fue su compañera inseparable dentro y fuera del escenario. Por ella, Morales decidió hacer una pausa en su carrera para acompañarla en sus giras teatrales por toda España.
La boda, celebrada en la parroquia madrileña de San Fernando, fue un acontecimiento en el mundo del espectáculo. El padrino fue su hermano Junior, y Rocío Dúrcal y él abrieron las puertas de su casa para la celebración posterior, a la que asistieron numerosas figuras de la música.
En 1999, cumplieron su gran sueño al convertirse en padres de Alejandra, una niña a la que adoptaron en Colombia cuando tenía cuatro años. Ella se convirtió en el centro de sus vidas y en “la razón de su sonrisa”, como decía Fedra. Hoy, la joven —guionista y actriz en cortometrajes junto a su madre— ha querido despedirse de su padre con una carta cargada de amor y gratitud.
“Mi padre fue la persona más generosa y divertida del mundo. Siempre me enseñó que la música y el humor podían curarlo todo”, escribió en redes.
Un músico discreto pero eterno
La última aparición pública de Miguel Morales fue el pasado mayo, durante un concierto de Los Brincos en las fiestas de San Isidro en Madrid, dentro de la gira conmemorativa del 60º aniversario del grupo. Antes de eso, en 2021, se le había visto celebrando el cumpleaños de su sobrina Shaila, en una reunión familiar marcada por la alegría y el afecto que siempre unió a los Morales-Dúrcal.
Aunque se mantuvo alejado del protagonismo mediático, su huella en la escena musical es incuestionable. Sus inicios se remontan a Los Pekenikes, formación juvenil que sirvió como trampolín hacia su incorporación a Los Brincos y, posteriormente, a Barrabás, donde desplegó su talento como guitarrista y vocalista.
Además, Miguel Morales dejó su sello en el cine, componiendo bandas sonoras y colaborando en proyectos audiovisuales que ampliaron su versatilidad artística. Su legado musical —entre la energía pop de los 60 y la sensibilidad melódica que heredó de su familia— permanecerá como testimonio de una época irrepetible.
“Un músico discreto, elegante y con alma de creador”, lo definen quienes lo conocieron.
Miguel Morales nació en Manila el 17 de abril de 1949, pero fue en España donde encontró su hogar, su arte y su historia. Hoy, la música española pierde una de sus voces más queridas; su recuerdo, como sus canciones, seguirá vivo generación tras generación.
