El legendario actor, uno de los hombres más atractivos del cine, tuvo dos matrimonios, un romance muy mediático y otras historias de amor que pasaron más desapercibidas.
Robert Redford se ha despedido del mundo a los 89 años, dejando un legado incomparable en la historia del séptimo arte. Fue uno de los intérpretes más carismáticos y talentosos de su generación, además de un auténtico símbolo de elegancia y atractivo. Con su cabello rubio, su porte tranquilo y esa sonrisa inconfundible, cautivaba tanto en pantalla como fuera de ella. Sin embargo, pese a su fama de galán, el actor no fue un conquistador empedernido. A lo largo de su vida, fueron solo unas pocas las mujeres que marcaron verdaderamente su corazón. Estas fueron, en orden cronológico, las cinco más importantes.
Lola Van Wagenen
Sin duda, la gran mujer de su vida. Con ella compartió casi tres décadas de matrimonio y cuatro hijos: Scott (1959), Shauna (1960), James (1962) y Amy (1970). Su primer hijo, lamentablemente, falleció a los pocos días de nacer a causa del síndrome de muerte súbita infantil, una tragedia que golpeó con dureza a la pareja cuando apenas comenzaban su vida familiar. Durante aquellos años, mientras Redford daba sus primeros pasos en Hollywood, la familia llegó incluso a residir una temporada en España. En 1985 pusieron fin a su matrimonio, aunque siempre conservaron una relación respetuosa. Lola, historiadora y activista, fue su compañera más duradera y su pilar durante los años más decisivos de su carrera.
Kathy O’Rear
Tras su separación, Redford volvió a la soltería después de muchos años y mantuvo una relación con Kathy O’Rear, diseñadora de vestuario. En esa etapa también se le vinculó sentimentalmente con la actriz Lena Olin (Fanny y Alexander, La insoportable levedad del ser) y con la modelo francesa Nathalie Naud, 26 años menor que él. Desde que alcanzó la fama mundial, los rumores sobre su vida amorosa eran constantes. Incluso se llegó a especular con un romance con Natalie Wood, su compañera en Propiedad condenada y El candidato, aunque nunca se confirmó.
Debra Winger
Otra historia nacida en un rodaje fue la que protagonizó junto a Debra Winger, su compañera en Peligrosamente juntos. La película, dirigida por Ivan Reitman, se convirtió en uno de los grandes éxitos de taquilla de mediados de los años ochenta. Ella, que venía de triunfar junto a Richard Gere en Oficial y caballero, trabajaba por primera vez con Redford, casi veinte años mayor. Su relación fue breve y extremadamente discreta: la química entre ambos en la pantalla era evidente, pero fuera de los focos prefirieron mantener su historia en la más absoluta reserva.
Sonia Braga
Fuera de sus matrimonios, Sonia Braga fue la mujer que más tiempo compartió su vida con el actor. La intérprete brasileña y Redford mantuvieron una relación de siete años, convirtiéndose en una de las parejas más glamurosas y admiradas de su época. Eran, como muchos decían, el Brad Pitt y la Angelina Jolie de aquellos tiempos, aunque sin hijos ni polémicas de por medio. Incluso se llegó a hablar de boda, aunque finalmente no se celebró. Su historia comenzó cuando él la dirigió en Un lugar llamado Milagro (1988), cinta que reforzó su vínculo personal y profesional.
Sibylle Szaggars
El último gran amor de Robert Redford fue Sibylle Szaggars, una pintora alemana a la que conoció en 1996 durante el Festival de Sundance, fundado por él mismo. Después de más de una década juntos, se casaron en 2009 en una íntima ceremonia en el Hotel Louis C. Jacob de Hamburgo, ciudad natal de la artista. Solo treinta personas —entre familiares y amigos cercanos— asistieron al enlace. Según contó el propio Redford, lo que más le atrajo de ella fue que “no conocía ninguna de sus películas”, algo que consideró “un comienzo maravilloso”. Unidos también por su amor a la naturaleza y su compromiso con el medio ambiente, Sibylle fue su compañera hasta el final, y hoy llora la pérdida del mito del cine y del hombre que conquistó su corazón.
