Más allá de la actuación, también destacó por su exitosa carrera como fotógrafo de celebridades.
Hollywood vuelve a vestirse de luto tras conocerse la inesperada muerte de Brad Everett Young, actor y fotógrafo de renombre, a los 46 años. Apenas unos días después del fallecimiento de Robert Redford, la industria vuelve a despedir a otro rostro querido. Young, recordado por sus apariciones en series icónicas como Embrujadas, Anatomía de Grey y Sensación de vivir, perdió la vida el pasado domingo 14 de septiembre en Los Ángeles a causa de un trágico accidente de tráfico. Según informan fuentes cercanas, su vehículo fue embestido por otro que circulaba en sentido contrario, provocando un impacto fatal que acabó con su vida en el acto.
De acuerdo con su publicista, Paul Christensen, en declaraciones a The Hollywood Reporter, el intérprete acababa de salir del cine y regresaba a casa por una autopista a las afueras de la ciudad cuando ocurrió el siniestro. El conductor del otro automóvil sobrevivió y fue trasladado al hospital con heridas de diversa gravedad, mientras que Brad falleció instantáneamente.
De Virginia a Hollywood
Nacido el 24 de julio de 1979 en Danville (Virginia), Brad era el menor de tres hermanos. Tras graduarse en la Universidad de Averett, se trasladó a Los Ángeles con la intención de estudiar Medicina, aunque el destino tenía otros planes. Allí descubrió su verdadera vocación y comenzó una carrera en el mundo del espectáculo que combinaría con su pasión por la fotografía.
Aunque la mayoría de sus trabajos en televisión fueron papeles episódicos, su carisma y energía lo convirtieron en un rostro habitual de la pequeña pantalla. Participó en producciones tan populares como Felicity, Numb3rs, Terminator: The Sarah Connor Chronicles y Sensación de vivir, además de sus recordadas apariciones en Embrujadas y Anatomía de Grey.
En el cine, formó parte de títulos destacados como Los Ángeles de Charlie, Jurassic Park III y The Artist —ganadora del Oscar a la Mejor Película en 2012—, un proyecto que siempre mencionaba con especial orgullo.
En lo personal, Brad mantenía una estrecha amistad con el actor Paul Walker, protagonista de Fast & Furious. Ambos llegaron a Los Ángeles persiguiendo sus sueños, compartieron los primeros años de carrera y forjaron una conexión profunda. El destino, sin embargo, los unió también en la tragedia: ambos perdieron la vida en accidentes de tráfico, con apenas una década de diferencia. Una coincidencia dolorosa que ha impactado especialmente a quienes los conocieron.
Más allá de la interpretación, Brad Everett Young fue un fotógrafo de celebridades de gran prestigio. Su trabajo apareció en revistas como Vanity Fair, Vogue, Elle, Variety y Harper’s Bazaar, retratando a figuras como Sarah Michelle Gellar, David Harbour o Seth Green.
Su compromiso con el arte trascendía la fotografía. Fundó Dream Loud Official, una organización sin ánimo de lucro dedicada a preservar los programas de música y arte en las escuelas públicas. “La pasión de Brad por las artes y por quienes las impulsan era inigualable. Vivió su misión de mantener viva la creatividad”, expresó su publicista en un comunicado.
Para Brad, el talento debía depender de la pasión, no de los recursos, y trabajó incansablemente para abrir oportunidades a las nuevas generaciones.
Un legado de talento y generosidad
Tras conocerse la noticia, las redes sociales se llenaron de mensajes de cariño. El actor Parry Shen, de Urgencias, lo describió como “una de las personas más amables y generosas que he conocido”. Por su parte, Chris McKenna, de General Hospital, escribió: “No veremos a nadie como él”.
Brad Everett Young deja un legado marcado por la versatilidad, la creatividad y la humanidad. Actor, fotógrafo y defensor del arte, supo moverse con naturalidad entre los focos y las causas que realmente importan, iluminando con su talento cada proyecto que tocó.
