Morante de la Puebla (46 años) y su adiós a los ruedos: una decisión repentina y en silencio

Así se gestó la despedida del carismático y aclamado torero, que no comunicó su decisión ni siquiera a su apoderado.

Los aficionados a la tauromaquia se han quedado huérfanos tras el sorpresivo adiós de uno de los más grandes: José Antonio Morante Camacho, conocido artísticamente como Morante de La Puebla. El diestro dejó atónitos a todos el pasado domingo por la tarde-noche, cuando anunció su retirada tras salir por la puerta grande de Las Ventas, en una jornada llena de emoción, lágrimas y el simbólico corte de su coleta. Mientras la noticia sigue causando conmoción, han salido a la luz algunos detalles de cómo el maestro decidió, de forma súbita, poner fin a su carrera tres décadas después de tomar la alternativa.

Morante se alojaba en el lujoso y céntrico Hotel Wellington de Madrid, donde regresó para pasar la noche tras la exitosa faena realizada en la capital con motivo del Día de la Hispanidad. Lo acompañaba su madre, Pepi Camacho. Con visibles moratones en las piernas por la voltereta sufrida ante el toro, confesó a El Mundo que había tomado la decisión de retirarse él solo esa misma mañana. Explicó que optó por guardar el secreto para no comunicárselo ni siquiera a su apoderado, Pedro Jorge Marques, temiendo que este intentara disuadirlo.

Retomar el tratamiento por su enfermedad

A partir de ahora, al carismático torero le espera retomar el tratamiento farmacológico por la enfermedad mental que padece desde hace más de veinte años. “Es un trastorno disociativo complejo, triste y doloroso, que sinceramente casi no tiene explicación”, confesó hace unos meses en una entrevista. Casado desde 2010 y padre de tres hijos de dos matrimonios, Morante compartió entonces una de sus declaraciones más duras: “He llegado a pensar en la muerte como alivio. Pero no puedo permitírmelo. Tengo una familia y una responsabilidad”.

Esta situación límite que ha atravesado está agravada por un cuadro de depresión severa, amnesia y agorafobia, síntomas que acompañan su diagnóstico clínico. En un intento por recuperarse, a finales de 2004 viajó a Miami (EE. UU.) para someterse a sesiones de electroshock. “Te duermen completamente y las aplican. La memoria me falla un poco, pero el doctor dice que es normal”, contaba entonces. En la actualidad, el torero nacido en La Puebla del Río (Sevilla) continúa su proceso de recuperación —con viajes frecuentes a Lisboa y Marinha Grande (Portugal)— mientras sigue su tratamiento médico y mantiene contacto regular con su psiquiatra.

Tras aquellas revelaciones, Morante recibió innumerables mensajes de apoyo y solidaridad por parte de compañeros, ganaderos y aficionados. No obstante, su principal sostén es su familia: su esposa y sus hijos. El torero contrajo matrimonio en 2005 con Cynthia Antúnez, con quien tuvo un hijo, José Antonio, hoy de 18 años, futbolista en las categorías inferiores del Betis y de la Selección Española. En 2008 la pareja se separó, y él rehízo su vida junto a Elisabeth Garrido, con quien se casó en noviembre de 2010. Fruto de esta relación nacieron sus hijas María (16) y Lola (13).

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