La presentadora y locutora ha contado detalles de la enfermedad que le diagnosticaron hace casi cinco años.
Julia Otero se ha expresado sin filtros sobre el cáncer, la enfermedad que le detectaron hace cerca de cinco años y que todavía sigue vigilando mediante controles médicos. Lo ha hecho en un contexto muy especial: un programa conducido por su exmarido, Ramón Pellicer, con quien estuvo casada entre 1987 y 1993 y con el que formó una de las parejas más mediáticas del periodismo español de aquella época. La comunicadora participó en ‘La Marató de 3Cat’, iniciativa solidaria impulsada por Televisión de Cataluña y la Fundación La Marató de 3Cat, orientada a recaudar fondos para la investigación científica de enfermedades que hoy no tienen curación definitiva y que este año se ha centrado en la lucha contra el cáncer. Otero habló como pocas veces sobre esta realidad junto a Pellicer —con quien mantiene una bonita amistad— y junto al doctor en oncología Josep Tabernero, considerado uno de los oncólogos más prestigiosos del mundo.
La locutora de Onda Cero ofreció un testimonio emotivo y duro sobre cómo han sido estos años desde que supo que estaba enferma. “¿Cómo estás?”, le preguntó Pellicer. Ella respondió con sinceridad: “Si nos encontraran en un pasillo o un ascensor, te diría que me encuentro bien, muy bien. Pero sí, estoy bien provisionalmente como lo estamos todos los enfermos de cáncer… estoy esperando los ocho meses y 20 días que me quedan para llegar a los 5 años, que es el momento en que espero poder decir que estoy curada. De momento, aún no porque estoy en tránsito. La salud es una historia muy provisional”.
Según explicó, los últimos meses han sido positivos. Como contó, tras 11 meses pudo volver al trabajo con la misma entrega de siempre: “Volví prácticamente a la misma vida que llevaba antes”. Sin embargo, no escondió el miedo y la incertidumbre que reaparecen cada vez que se aproxima una prueba médica, una angustia que viven tanto ella como su familia: “Lo que sí pasa es que cada vez que pasan los años y los meses, cada vez tienes más angustia… qué pasa las semanas y los días antes de estos controles que nos tenemos que hacer. A mí me toca ahora después de Reyes. La semana antes empiezo a sufrir mucho, la incertidumbre y la amenaza, que ahora es peor cuando se acerca la meta porque ahora tengo más miedo”.
“Cada vez que entro en el tubo del TAC, lo hago convencida de que volverá a salir una mancha. Cuando la radióloga te dice que no, respiras y te das cuenta de que puedes descansar tres meses más”, añadió, describiendo una realidad que, como ella, atraviesan muchos pacientes con cáncer.
Siempre discreta con su vida privada, aunque anunció la enfermedad en su programa de radio en febrero de 2021, hasta ahora no había entrado en tantos detalles: “Yo no esperaba ninguna mala noticia, la verdad, pero me dijo que había un cáncer de colon. Me lo dijo sin anestesia, pero no fui consciente de qué significa hasta unos días después. Ahora bien, aquellos días fueron muy duros porque me dijo exactamente dónde se encontraba el cáncer y hasta dónde llegan los límites del tumor”. Así relató cómo se enteró al despertarse de una colonoscopia rutinaria.
En este especial también participaron rostros conocidos como Josep Maria Mainat, Ricky Rubio, Òscar Dalmau o Juan Avellaneda, además de muchos testimonios anónimos. El programa recaudó 9.741.627 euros (aunque se pueden seguir haciendo donativos hasta el 31 de marzo) que se destinarán a la lucha contra el cáncer. Otero, como otros participantes, habló de la montaña rusa emocional del proceso, con “mucha bajada” y “poca subida”: “De vez en cuando, recibes una buena noticia porque acabas la radioterapia y te dicen que el tumor se ha reducido en un 30%. Ahora bien, es un pozo… estar en tratamiento te hace sentir que estás en un pozo. Cuando después del diagnóstico te explican todas las etapas que tienes que pasar, yo visualizo el Everest que tienes que escalar. No puedes mirar a la cima porque te parece imposible llegar”.
La importancia de los cribados,
Julia Otero aprovechó su intervención para subrayar la relevancia de los cribados a partir de los 50 años: “Si yo lo hubiera hecho a esa edad, me habrían encontrado un pólipo y no habría sufrido este infierno de un año y todo lo que continúo pasando mientras pienso si me volverá o no. Todo el mundo que reciba esta carta del cribado, no hagan como yo”.
