Fue un actor icónico y legendario y ahora nadie le reconoce ni por su fotografía. A lo largo de su vida interpretó muchos papeles. Pero lo que más lamentaba era haber podido interpretar a un médico, pero no haberse convertido en uno. Era el sueño de su padre. ¿Le ha reconocido? ¿No? Entonces siga leyendo la historia de su vida.
Su padre, el Dr. William Laurie, esperaba que sus hijos siguieran su camino de médicos. Tenía especial esperanza en el más joven, Hugh Laurie.
El menor de los Laurie planeaba, en principio, acercarse a la medicina. Su padre fue un verdadero modelo para él. No sólo se convirtió en un buen médico, sino que también consiguió triunfar en el deporte, llegando a ser campeón olímpico de remo.
Laurie fue a la misma universidad que su padre. No sólo eso, sino que también asistió a la escuela de remo. Planeaba participar en los Juegos Olímpicos y luego continuar sus estudios, eligiendo un perfil médico.
Pero pronto descubrió una nueva afición: un club de teatro. También asistió a un grupo de comedia, donde conoció a la actriz Emmy Thompson. El destino le deparó al cabo de un tiempo un encuentro con su futuro compañero Stephen Fry.
Los años 80-90 fueron muy fructíferos para él. Hugh Laurie apareció en muchos programas de televisión. Y también protagonizó la comedia «Black Viper».
2004 — un período de verdaderos descubrimientos. Se despertó literalmente famoso cuando decidió rodar en la serie de televisión «Dr House». Este papel le fue impuesto a Laurie al cien por cien, por lo que lo sobrellevó con brillantez.
Para el papel en esta serie, Hugh Laurie tuvo que deshacerse del acento británico, lo que no fue nada fácil. Hizo todo lo posible por encajar en el papel de genio narcisista del hospital. Nadie discutiría que hizo su trabajo mejor de lo que cabría imaginar.
Así fue como Laurie se convirtió en el médico más famoso de Hollywood. Sin embargo, esto no hizo feliz al actor: la vida le deparó muchas pruebas y dificultades.
Como Hugh Laurie admitió más tarde, a menudo tuvo periodos en los que parecía que no había salida. Pero pasara lo que pasara, el actor llegaba a tiempo al plató. Él con toda la responsabilidad de su trabajo.
Incluso en momentos de enfermedad, no cancelaba el rodaje. Nadie oía de él tales palabras. Sin embargo, estaba tan cansado que a veces quería tener un accidente para tomarse unos días de descanso.