Conoce a Eima Copeland

Hace trece años, cuando era estudiante, Eima y sus amigos fueron a un picnic cualquiera. Junto al área recreativa había un emocionante paseo en tirolina: un rappel suspendido por un cable a través de un pintoresco desfiladero de montaña.

Por supuesto, los alumnos no podían pasar por alto semejante entretenimiento y hacían cola ante el instructor de la atracción. Cuando llegó el turno de Eima, partió de la plataforma sin dudarlo, pero en mitad del recorrido, cuando la carga del cable es especialmente fuerte, la estructura no pudo resistir, y la chica voló hacia el abismo…

La caída no acabó mal, Eima aterrizó bastante bien, pero se hizo mucho daño en la pierna. Rápidamente fue evacuada al hospital, pero después de operarle la pierna resultó que la caída había provocado en la herida una de las bacterias más peligrosas para el organismo, que se multiplica rápidamente y provoca la necrosis de los tejidos.

Tras la primera operación, la niña necesitó diez más hasta que su vida dejó de correr peligro. Por desgracia, perdió las cuatro extremidades, sobrevivió a varios injertos de piel, pero no se rindió moralmente, demostrando un carácter verdaderamente valiente.

Ahora está terminando su doctorado en psicología y ayuda activamente a los amputados.

El ejemplo de Eima no puede sino admirar e inspirar tanto a las personas con discapacidad como a quienes no saben lo que es. Le deseamos que siga cosechando éxitos y felicidad.