Y aunque Romy Schneider fue la actriz más bella de su época, feliz nunca llegó a ser. Por primera vez los espectadores conocieron a esta talentosa estrella cuando interpretó a Sissy. Su aspecto refinado, su gracia y sus increíbles datos naturales sorprendieron a los fans. La joven actriz se bañó literalmente en los rayos de la fama. Tras su primer papel, le llovieron las ofertas, así que interpretó muchos papeles legendarios.
Y si con la carrera todo funcionaba de maravilla, en el terreno personal todo era muy deplorable. Romy Schneider mantuvo una relación con Alain Delon, pero su relación no podía calificarse de agradable. La relación fue dolorosa y muy difícil. El primer matrimonio tampoco fue un éxito: el cónyuge se suicidó. El segundo marido se quedó con dos hijos, ya que Romy volvió a huir con su amante Alain Delon. Daniel Biasini fue un padre maravilloso y trató a la hija de su primer matrimonio, Romy, como si fuera su propia hija.
Cuando el hijo de la actriz tenía 14 años, murió trágicamente. Ella no pudo sobrevivir a tal pérdida, por lo que su marido tuvo que criar solo a Sarah. Durante años, Biasini ocultó a la heredera estrella de los periodistas y evitó la publicidad. Comprendió que todo el mundo compararía a la niña con su bella madre. No quería traumatizar a la niña, porque comprendía que el aspecto de Sarah es específico. Sin embargo, ella seguía queriendo seguir el camino de su madre y se dedicó a la industria del cine. Sarah interpretó algunos papeles de éxito, pero no pudo evitar las críticas. Los espectadores señalaban que no había heredado nada de su madre: ni el talento ni la belleza. Después del primer papel de Sarah, empezaron a llamarla una desafortunada copia de Romy.