René era el único hombre al que había besado, el único al que había amado de verdad. Nuestra historia de amor empezó cuando yo sólo tenía 12 años y él 38. Había 26 años de diferencia entre nosotros, pero desde el momento en que nos conocimos, algo profundo e innegable nos unió. Nos separaban 26 años de edad, pero desde el momento en que nos conocimos, algo profundo e innegable nos unió.
En 1981, cuando yo empezaba a soñar con una carrera musical, René escuchó por primera vez una de mis maquetas. Le conmovió tanto lo que oyó que tomó la desinteresada decisión de hipotecar su casa para financiar mi primer álbum.
Entonces no sabíamos que este gesto se convertiría en la base de mi carrera, mucho antes de que alcanzara la fortuna de 500 millones de dólares que tengo hoy.
Nuestra relación, tanto personal como profesional, duró 21 maravillosos años. Juntos tuvimos tres hijos. René fue el único hombre con el que tuve una relación romántica e íntima.
Fue mi compañero en todos los sentidos de la palabra: me apoyó, me quiso y me guió en todos los altibajos de la vida y de mi carrera.
René falleció en enero de 2016 tras una valiente batalla contra el cáncer. Tras su muerte, nunca busqué otro amor. Todavía lo amo profundamente.
Lo llevo conmigo cada día, encontrando amor en mis hijos, fans y personas que están a mi lado. Pero en lo que respecta al amor romántico, él siempre será el que más aprecie.
Cuando me duermo, me lo imagino a mi lado.
Incluso en el escenario, siento su presencia a mi lado, guiándome, apoyándome, como siempre hizo. En cierto modo, sigo casada con él, unida por el amor que compartimos y la vida que construimos juntos. Es un amor que trasciende el tiempo y la muerte, y siempre lo llevaré en mi corazón.
