El Gregorio Marañón inaugura una unidad pionera: bebés y padres juntos las 24 h para una recuperación más rápida

El hospital madrileño ha puesto en marcha la primera unidad en España que permite a las familias permanecer junto a sus recién nacidos ingresados día y noche, reduciendo el estrés y fortaleciendo el vínculo afectivo.

Madre e hijo juntos, sin separarse ni un momento y en las mejores condiciones de confort y supervisión médica posibles: ese es el propósito de la nueva Unidad Madre-Hijo creada por el Hospital General Gregorio Marañón de Madrid, una iniciativa que viene a cubrir una necesidad hasta ahora poco atendida.

El doctor Manuel Sánchez Luna, jefe del Servicio de Neonatología del centro, explica en qué consiste este nuevo espacio y por qué supone un avance relevante.


La importancia de abrir las unidades neonatales a las familias

Hace algunos años, los bebés ingresados en Neonatología solo podían recibir visitas en horarios limitados. Eran espacios cerrados donde todos los recién nacidos estaban juntos bajo la supervisión del personal sanitario. Sin embargo, la evidencia científica ha demostrado los enormes beneficios de permitir que los padres acompañen a sus hijos el mayor tiempo posible.
Gracias a ello, han surgido las llamadas unidades abiertas, donde los progenitores y otros familiares —como hermanos o abuelos— pueden estar junto a los pequeños las 24 horas del día.

Esta presencia constante favorece el contacto piel con piel, cuyas ventajas están ampliamente documentadas, y refuerza el vínculo afectivo entre padres e hijos en un momento difícil. Las familias se enfrentan a una situación inesperada: bebés que nacen prematuros o con complicaciones médicas que requieren hospitalización. En estos casos, la conexión emocional puede ser más difícil de construir.

“El acompañamiento es esencial. La falta de estimulación continua puede tener consecuencias graves para el desarrollo del niño. Por eso, el contacto piel con piel es tan importante”, explica el doctor Sánchez Luna. “Cuando los padres no pueden atender al bebé, el hospital cuenta con un servicio de voluntariado especializado que se encarga de hacerlo”.


Así es la nueva Unidad Madre-Hijo del Gregorio Marañón

Con el objetivo de seguir avanzando en la humanización de los cuidados neonatales, el Hospital Gregorio Marañón, en colaboración con la Fundación AVA, ha puesto en marcha la Unidad Madre-Hijo de hospitalización conjunta.
“Es un espacio pensado para aquellos casos en los que resulta necesario, conveniente y posible que madre e hijo permanezcan juntos las 24 horas del día, con comodidad y seguridad”, detalla el doctor Sánchez Luna.

Por el momento, la unidad cuenta con dos habitaciones, aunque el hospital prevé ampliar el proyecto y extenderlo al área de Obstetricia. De este modo, las madres con complicaciones en el posparto inmediato podrán mantenerse cerca de sus bebés.

La diferencia principal con respecto a otras unidades radica en que cada detalle se ha diseñado para maximizar el confort y favorecer la convivencia. En muchos hospitales, aunque los padres pueden quedarse junto a sus hijos, deben hacerlo en sillones incómodos o sin acceso a un baño propio, lo que dificulta su permanencia prolongada.
En cambio, las nuevas habitaciones del Marañón han sido concebidas como espacios amplios, con gran luminosidad natural, baño completo, zona de descanso para los padres y toda la tecnología médica necesaria. Además, cuentan con control de enfermería compartido cada dos habitaciones.
“No son espacios pequeños, sino ambientes relajantes y agradables”, destaca el jefe de Neonatología.


Una unidad que invita a reflexionar

Los bebés que ingresan en esta Unidad Madre-Hijo no se encuentran en estado crítico, pero sí requieren una vigilancia médica constante. Son niños que han superado la fase más grave y se encuentran en cuidados intermedios, una etapa entre la Unidad de Cuidados Intensivos y la hospitalización en planta.

El objetivo, explica el doctor Sánchez Luna, es que estas habitaciones se utilicen para hospitalizaciones transitorias en situaciones especiales. No están pensadas para estancias prolongadas y, dado que el Gregorio Marañón es un centro de referencia nacional, pueden acoger pacientes procedentes de otras comunidades autónomas.

“El concepto de humanización debe ir acompañado de un trato individualizado para cada bebé”, subraya el especialista. “Tanto los pequeños como sus familias necesitan esa luz natural y ese entorno tranquilo que hemos buscado al diseñar las habitaciones”.
Poder descansar junto a su hijo, en un espacio amable, tiene un impacto positivo en el bienestar emocional de los padres. Cuando un bebé está hospitalizado, toda la familia vive un proceso de gran carga emocional; por ello, cualquier medida que lo alivie supone un gran paso hacia una nueva forma de atención médica más humana.

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