ERA TARDE CUANDO JAKE ENTRÓ EN CASA CON EL BEBÉ EN BRAZOS.

Era tarde cuando Jake, de dieciséis años, entró por la puerta principal con un bebé en brazos. Su madre, Sarah, salió de la cocina con los ojos desorbitados.

Jake, ¿de dónde ha salido ese bebé? — preguntó, corriendo hacia él.

Jake parecía preocupado, pero decidido.

Mamá, lo encontré solo en el parque. No había nadie y estaba oscureciendo. No sabía qué más hacer, así que lo traje a casa».

DECISIÓN RÁPIDA
Sin pensárselo, Sarah cogió su teléfono y llamó inmediatamente a la policía, explicando la situación. En cuestión de minutos, la policía llegó a su casa.

Jake explicó que había encontrado al bebé solo en un banco cerca del parque infantil, envuelto en pañales pero aparentemente abandonado.

El agente Daniels examinó a Jake y le dijo:

Sé lo que hiciste…

Por un momento, Jake sintió un escalofrío, temiendo que el agente sospechara algo de él. Pero Daniels terminó:

…e hiciste lo correcto al poner al niño a salvo.

Jake se sintió aliviado cuando Sarah le puso una mano tranquilizadora en el hombro. Los agentes no supusieron lo peor y se centraron en encontrar a la familia del niño.

CUIDADO DEL NIÑO
El Sr. Daniels explicó que el bebé tendría que ser trasladado a un hospital para ser evaluado.

También avisaremos a los servicios sociales», añadió con delicadeza. — Ellos investigarían cualquier denuncia de desaparición de un niño y le proporcionarían los cuidados adecuados.

Jake miró al niño y se dio cuenta de que en todo aquel caos ni siquiera había pensado en su nombre. Algo en su interior se activó cuando vio al niño solo: un instinto protector que no había sentido antes.

Cuando el agente alargó la mano para coger al bebé, Jake dudó. Se aclaró la garganta y preguntó:

¿Puedo acompañarle? Sólo quiero asegurarme de que está bien.

El agente Daniels asintió y le hizo un gesto para que le siguiera. Sarah, aún preocupada, decidió ir detrás de ellos.

En el hospital, el médico examinó al bebé y les tranquilizó:

Está sano, sólo un poco hambriento, pero por lo demás está bien.

Jake exhaló, sin darse cuenta de que contenía la respiración.

Pronto llegó una trabajadora social llamada señorita Randall.

Lo que has hecho hoy es increíblemente valiente -le dijo a Jake-. — Ese niño tiene suerte de que lo hayas encontrado.

¿Había denunciado alguien la desaparición del bebé?

La señorita Randall negó con la cabeza.

Jake intercambió una mirada con su madre y ambos sintieron la misma opresión en el pecho.

PETICIÓN INESPERADA
Al día siguiente, Sarah telefoneó a la señorita Randall: no había aparecido nadie.

Se le llenaron los ojos de lágrimas al mirar a su hijo, que dudó antes de preguntar en voz baja:

‘Mamá… ¿crees que podríamos cuidar de él? ¿Al menos hasta que arreglen la situación?

Sarah era madre soltera y trabajaba largos turnos en una residencia de ancianos. Acoger a un niño era una gran decisión.

Pero cuando miró a Jake, vio algo diferente en él: una seriedad que no había notado en él en mucho tiempo.

Unos días después, la señorita Randall visitó su casa y les explicó el procedimiento de acogida de emergencia. No había garantías, pero al menos el bebé -ahora llamado Elliot- estaba a salvo en el hogar temporal.

LA VERDAD SOBRE EL BEBÉ
Una noche, Jake y Sarah recibieron una llamada inesperada.

Hemos encontrado a la madre de Elliot», les informó la señorita Randall.

Era joven, sólo unos años mayor que Jake, y había estado en una situación desesperada cuando tomó la difícil decisión de dejar al bebé en el parque. Pero ahora estaba intentando arreglar las cosas.

En las semanas siguientes se elaboró un plan: la madre de Elliot recibiría asesoramiento, ayuda para la vivienda y recursos para reconstruir su vida.

UN NUEVO COMIENZO.
Unos meses después, Elliot estaba sano y prosperaba al cuidado de su madre. Jake había vuelto a su rutina normal, pero algo en su interior había cambiado.

Una tarde, después de visitar a Elliot en su nueva casa, Jake y Sarah se quedaron en silencio en el porche.

En el camino a casa, Sarah finalmente rompió el silencio:

Estoy orgullosa de ti.

Jake sonrió, dándose cuenta de que, de alguna manera, encontrar a ese niño había cambiado su vida para siempre.

ERA TARDE CUANDO JAKE ENTRÓ EN CASA CON EL BEBÉ EN BRAZOS.
La excesiva delgadez de Angelina: venas hinchadas, manos secas. ¿Qué le pasa?