Anthony Hopkins es un actor cuyo nombre se ha convertido en sinónimo de habilidad y profundidad. Aunque su carrera comenzó mucho antes del reconocimiento universal, la fama mundial le llegó sólo después de interpretar el papel de Lecter en «El silencio de los corderos», cuando tenía 53 años. Curiosamente, en su juventud tuvo una extravagancia que hoy pocos recuerdan.


Tras pasar por etapas difíciles en la vida, supo convertir la experiencia personal en una base de fuerza creativa. Su enfoque del trabajo fue siempre profundo y centrado, y en cada nueva película se revelaba de una forma nueva. A sus 86 años, Hopkins sigue sorprendiendo, siendo un ejemplo de dedicación y resistencia interior.

