Símbolo del arte y la tradición sevillana, sus piezas han viajado por el mundo y decorado algunos de los espacios más emblemáticos.
La histórica fábrica de loza La Cartuja Pickman, fundada en 1841 en Sevilla, pone punto final a casi dos siglos de actividad. La empresa propietaria, Ultralta, ha solicitado al Juzgado de lo Mercantil número 3 de Sevilla su liquidación definitiva, al no poder cumplir los acuerdos de pago con Hacienda y la Seguridad Social.

Un legado histórico
La Cartuja Pickman nació de la mano del empresario británico Charles Pickman, quien instaló su taller en el monasterio de la Cartuja de Santa María de las Cuevas tras la desamortización de Mendizábal en 1836. La fábrica destacó por su producción de loza fina, resultado de la fusión entre las técnicas inglesas y la tradición cerámica de Sevilla. A lo largo de su historia, alcanzó reconocimiento internacional al participar en exposiciones en París, Londres y Barcelona, además de convertirse en proveedora oficial de la Casa Real desde 1871.
Crisis y cierre
En los últimos años, la empresa atravesó serias dificultades económicas. En septiembre de 2025, Hacienda embargó sus cuentas por una deuda superior a 700.000 euros, mientras que el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) y la Seguridad Social reclaman otras cantidades que elevan el total a más de dos millones de euros. Pese a los intentos de negociar nuevos plazos o conseguir financiación, la compañía no ha logrado hacer frente a sus compromisos.
Reacciones y futuro incierto
La noticia ha generado tristeza y preocupación en Sevilla. Los trabajadores han pedido apoyo al sector empresarial para evitar la desaparición definitiva de la fábrica, destacando el valor histórico y cultural de La Cartuja como referente de la cerámica andaluza. No obstante, la marca queda fuera del proceso de liquidación, lo que abre la puerta a que su producción pueda continuar bajo otra gestión o en una nueva ubicación.
El cierre de La Cartuja Pickman marca el fin de una era en la tradición cerámica sevillana. Su legado perdurará en las piezas que hoy adornan hogares, palacios y museos, así como en la memoria colectiva de una ciudad que vio nacer una de las fábricas más queridas y representativas de España.