Esta fotografía, que en cuestión de momentos se difundió por todos los rincones de Internet, desató una oleada de comentarios y debates. A primera vista no parece nada especial: una simple imagen de chicas jóvenes. Y aun así fue precisamente este cuadro el que se convirtió en motivo de encendidas disputas, sobre todo entre los representantes de la generación mayor.

La gran pregunta que todos se hacen es: ¿de verdad este fotograma se tomó en Rusia? En aquellos años el país se asociaba más bien con el trabajo duro en los koljoses y en las fábricas, y no con escenas tan ligeras y desenfadadas. Algunos aseguraban que no podían ser nuestras abuelas, sino europeas, tal vez muchachas londinenses de los años setenta.

Hubo quien incluso afirmaba reconocer en la foto a conocidas que supuestamente participaron en una sesión para una revista alemana. Otros se entregaban a la nostalgia, recordando faldas igual de cortas y aquellos zapatos yugoslavos que entonces se consideraban un auténtico lujo.

Es cierto que las minifaldas estaban muy de moda en aquella época, pero su escasa longitud a veces ponía a las chicas en situaciones incómodas, por ejemplo cuando tenían que salir a responder a la pizarra en el colegio.

Entre los comentarios también abundaban los halagos: muchos elogiaban la belleza natural de las muchachas, subrayando que sus siluetas, sin retoques ni silicona, resaltan lo que les dio la naturaleza. Pero ¿por qué justamente esta foto despertó tantas controversias? Tal vez porque transmite como pocas el espíritu de toda una era.

Alguno incluso bromeó diciendo que la imagen habría que firmarla como “neuroabuelas”, insinuando que detrás hay trabajo de inteligencia artificial. Sin embargo, ni siquiera una etiqueta así bastaría para calmar las discusiones.

Y aun con todo, hay un detalle que casi no deja dudas sobre la intervención de redes neuronales: basta con fijarse en los dedos de las chicas. Su número lo dice absolutamente todo.

Algún día la inteligencia artificial aprenderá a corregir también estos fallos, y entonces realidad y falsificación se volverán indistinguibles. Será interesante ver cómo lograremos distinguir la verdad en esa nueva época.
**¡Que nunca falten la bondad y el buen ánimo! =)**

