En el mundo moderno, hace tiempo que a nadie le sorprende que las jóvenes se casen con hombres demasiado mayores para casarse. En tales parejas, la gente de alrededor suele ver a un padre y su hija, y a veces a un abuelo y su nieta. La diferencia de edad en esas familias es la norma, pero si la situación es la contraria, no es así. Si una mujer adulta se casa con alguien demasiado joven, es una vergüenza y una desgracia.
Nuestros héroes tienen precisamente una historia así. Linda y Jay se casaron casi inmediatamente después de conocerse en el centro juvenil. Linda confesó que se enamoró inmediatamente del joven de 17 años en cuanto lo vio. Más tarde, y según Jay, se enamoró de verdad de su madura elegida.
Resultó que la pareja tiene mucho en común, su interés y pasión por los coches se convirtió en la clave de la comunicación. Los amantes ocultaron durante mucho tiempo su relación y sus sentimientos, pero aun así todo el mundo se enteró.
Los parientes de Linda estaban en contra de su relación con un chico joven, y los de Jay le prohibieron categóricamente incluso verla. Nadie creía que la pareja tuviera sentimientos sinceros de verdad. No eran ricos, así que ninguno de sus amigos y parientes llegó a suponer que entre ellos hubiera verdadero amor.
Menos mal que los enamorados no hicieron caso a nadie. Desde el momento de su boda ya han pasado 18 años. Debido a su edad, Linda ya no es tan activa como antes, pero su cónyuge siempre está ahí para ella. Jay admite que su decisión de casarse fue lo mejor que hizo en su vida.