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Que todos estamos destinados a envejecer y a encanecer es un hecho inmutable de la vida (al menos por ahora, quién sabe lo que nos deparará el futuro con los avances de la tecnología y la ciencia).
No importa cuánto dinero tengamos, lo estrictamente que cuidemos nuestra dieta y hagamos ejercicio, cuánto durmamos o lo que hagamos… Claro, podemos envejecer de diferentes maneras, pero en última instancia todos vamos en la misma dirección. Es biología básica, y no hay nada que podamos hacer al respecto.
Por eso es tan divertido que aún podamos escandalizarnos cuando vemos la mano del Padre Tiempo haciendo su magia. ¿Quizá hace años que no ves a alguien y te sorprende lo mucho que ha envejecido? O ves a una vieja estrella de cine que recuerdas de tu infancia, sólo que ahora su pelo es gris y su alegría juvenil ha desaparecido.
Es interesante ver cómo envejecen los famosos. Su aspecto cambia a medida que envejecen -como el de cualquier ser humano-, sólo que su viaje a la vejez ha quedado documentado para que el mundo lo vea. De película en película, de alfombra roja en alfombra roja, dejan tras de sí un rastro que se puede seguir literalmente con el dedo.
Así que ha llegado la hora de la excursión no tan sutil de hoy: ¿quién se acuerda de Meg Foster?
Meg Foster durante años.
Claro que sí. Con sus hipnotizantes ojos azules como el hielo, su mirada penetrante y su belleza descarnada, ¿cómo podría ser de otro modo? La actriz estadounidense debutó en el cine junto a Michael Douglas en Adam at 6am (1970) y protagonizó numerosos proyectos, como The Six Million Dollar Man, Bonanza, The Twilight Zone y Murder, She Wrote.
Foster fue en su día un talento floreciente y una actriz muy solicitada, pero en las dos últimas décadas su estrella se ha ido apagando. Hoy está casi irreconocible comparada con la mujer que, en palabras de la revista Mademoiselle, tenía «los ojos de 1979».
No es de extrañar, puesto que ya tiene 76 años, pero parece que la gente en Internet no se da cuenta de lo mucho que ha cambiado. A decir verdad, algunos comentarios rozan la crueldad, mientras que otros simplemente refuerzan la idea de que la actriz no se parece en nada a la de antes.
Sin embargo, creemos que su decisión de envejecer de forma natural, sin recurrir a la cirugía plástica que se ha vuelto tan común en la industria del cine y la televisión, es más digna de elogio que de censura.
En cualquier caso, Foster sigue trabajando en cine y televisión, y también se rumorea que cría caballos de una gran manada que ella misma posee.
¿Te acuerdas de Meg Foster? ¿Qué te parece su aspecto actual? Cuéntanoslo en los comentarios.
