¿Has notado alguna vez que ciertas plantas de tu jardín o balcón empiezan a marchitarse sin razón aparente? Sus hojas se ponen amarillas, aparecen plagas o incluso infecciones fúngicas… Si esto te suena familiar, presta atención a una solución sencilla y totalmente natural: una infusión de ajo y canela. Es económica, fácil de elaborar y sirve como un desinfectante seguro para tus plantas.

El poder del ajo
Desde hace siglos, el ajo es reconocido por sus propiedades antifúngicas, antibacterianas y contra los insectos. Los compuestos de azufre que contiene actúan como un repelente natural de plagas y, al mismo tiempo, protegen los cultivos de diversas enfermedades fúngicas. Para potenciar el efecto de esta infusión, basta con añadir canela al ajo, ya que también cuenta con marcadas propiedades antifúngicas.

Cómo preparar la infusión natural
Ingredientes:
- 5 dientes de ajo (con su cáscara),
- 350 ml de agua,
- 2 ramas de canela.
Preparación:
- Presiona ligeramente los dientes de ajo para que liberen sus componentes activos.
- Colócalos en una cazuela junto con las ramas de canela.
- Añade el agua y lleva a ebullición.
- Hierve durante unos 5 minutos y luego retira del fuego.
- Deja enfriar y cuela la infusión antes de usarla.

Uso en las plantas
Una vez que la infusión se enfríe, utilízala para rociar las hojas de las plantas o para regar la base, evitando así enfermedades y ahuyentando plagas. Se recomienda:
- Aplicarla una vez por semana con fines preventivos.
- Hacerlo al atardecer, para que el sol no queme las hojas mojadas.
- Guardar el preparado en el refrigerador por no más de tres días, ya que después pierde su eficacia.
Problemas que resuelve la infusión de ajo
- Pulgones y ácaros. El fuerte aroma del ajo funciona como un potente repelente.
- Enfermedades fúngicas. El preparado ayuda a combatir el mildiú polvoriento, la roya y otros hongos.
- Hormigas y otras plagas. Tampoco soportan el intenso olor del ajo y prefieren mantenerse alejadas.
Con solo unos pasos sencillos, podrás prescindir de los productos químicos agresivos, mantener tus plantas saludables y contribuir al cuidado del medio ambiente.