La actriz, ganadora del Óscar por Annie Hall, falleció en California dejando tras de sí una de las trayectorias más influyentes y singulares del cine moderno.

El mundo del cine despide a una de sus grandes leyendas. Diane Keaton ha fallecido este sábado a los 79 años, según ha informado en exclusiva la revista People. La actriz murió en California y, por el momento, no se han revelado más detalles sobre las circunstancias de su fallecimiento. Su familia ha solicitado privacidad en estos momentos tan difíciles.
De Los Ángeles a la eternidad
Nacida en Los Ángeles en 1946 como Diane Hall, era la mayor de cuatro hermanos. Su padre era ingeniero civil y su madre, ama de casa, desempeñó un papel decisivo en su vida. Fue en su honor que adoptó su apellido artístico, Keaton, al descubrir que ya existía una intérprete registrada con su nombre en el sindicato de actores.

Keaton comenzó estudiando interpretación en la universidad, pero abandonó la carrera para lanzarse al teatro en Nueva York. Debutó en Broadway con la obra Hair y más tarde en el cine con Lovers and Other Strangers (1970). Su gran oportunidad llegó poco después, cuando Francis Ford Coppola la eligió para interpretar a Kay Adams, la novia de Michael Corleone (Al Pacino) en El padrino (1972).

“Creo que lo más amable que alguien ha hecho por mí fue elegirme para El padrino sin haber leído el libro. No sabía nada, solo iba de audición en audición”, recordaba Keaton en 2022. Aquella decisión cambió su vida: la película fue un éxito rotundo y ganadora del Óscar a Mejor Película, un logro que repetiría con sus secuelas en 1974 y 1990.
La musa de Woody Allen
El reconocimiento mundial le llegó de la mano de Woody Allen, con quien formó una dupla artística y sentimental irrepetible. Participó en varias de sus películas: Play It Again, Sam (1972), El dormilón (1973) y Love and Death (1975). Pero fue Annie Hall (1977) la que la consagró como icono cinematográfico y de estilo.

Su interpretación de Annie, un personaje que bebía directamente de su personalidad, le valió el Óscar a Mejor Actriz y consolidó su imagen como símbolo de independencia y originalidad. Su característico vestuario masculino —chalecos, pantalones anchos, corbatas— marcó una tendencia que aún hoy influye en la moda.

Allen describió su estilo como “imaginativo, ligeramente excéntrico, como si su asesor de imagen fuera Buñuel”. En una época en que Hollywood celebraba las curvas y la feminidad tradicional, Keaton demostró que el encanto podía tener forma de boyish chic.
Ambos mantuvieron una relación sentimental durante los años 70, y su conexión profesional continuó con Interiores (1978), Manhattan (1979) y Misterioso asesinato en Manhattan (1993). Keaton siempre le defendió públicamente: “Le quiero”, dijo a The Guardian en 2014, tras las polémicas que rodearon al cineasta.

Una mujer sin etiquetas
A lo largo de su vida, Diane Keaton se definió por su autenticidad y su independencia. Nunca se casó y lo asumió con orgullo. “Soy la única actriz de mi generación que ha estado soltera toda su vida”, confesó a People en 2019. “Estoy feliz de no haberme casado. Soy una persona peculiar, y lo supe desde siempre”.

Tuvo tres grandes amores: Woody Allen, su compañero creativo; Al Pacino, con quien mantuvo una relación intermitente desde El padrino hasta 1990; y Warren Beatty, su pareja durante cinco años.
En sus memorias, Ahora y Siempre, habló abiertamente de su lucha contra la bulimia, iniciada en su juventud tras la presión por perder peso para un papel teatral. “Es triste que la bulimia pesara más que mi deseo por Woody”, escribió con brutal honestidad. Su franqueza y su humor la convirtieron en un modelo de autenticidad dentro y fuera de la pantalla.

De El Padrino a Book Club: medio siglo de cine
La filmografía de Keaton es una de las más extensas y versátiles de Hollywood. Entre sus títulos más recordados se encuentran Buscando al señor Goodbar (1977), Reds (1981), Shoot the Moon (1982) y La chica del tambor (1984).

Su colaboración con la directora Nancy Meyers marcó una nueva etapa en su carrera: Baby Boom (1987), El padre de la novia (1991) y su secuela (1995), y Cuando menos te lo esperas (2003), por la que obtuvo una nueva nominación al Óscar. “Me encantaban las películas de El padre de la novia. Eran conmovedoras”, declaró en 2020.

En los años 90 y 2000, siguió protagonizando éxitos como El club de las primeras esposas (1996), junto a Bette Midler y Goldie Hawn, La joya de la familia (2005), ¡Porque lo digo yo! (2007), Book Club (2018) y su secuela, y Mejor que nunca (2019). También trabajó en televisión en The Young Pope (HBO) y dirigió tres proyectos, entre ellos el documental Heaven (1987) y la película Hanging Up (2000).
Adiós a una leyenda
La noticia de su muerte ha conmocionado a la industria del cine. Su compañera y amiga Bette Midler escribió: “La brillante, hermosa y extraordinaria Diane Keaton ha muerto… Era divertida, completamente única”.
La actriz Mary Steenburgen añadió: “Diane era magia. No hay nadie, ni habrá nadie, como ella. La amé y me sentí bendecida de ser su amiga”.

Rosie O’Donnell expresó: “Oh, esto me rompe el corazón. Qué estilo, qué gracia. La extrañaremos”.
Mandy Moore, quien interpretó a su hija en ¡Porque lo digo yo! (2007), escribió: “Fue un honor de por vida. Qué ser humano tan luminoso era Di. Estoy devastada”.
Luke Evans también la despidió con un mensaje emotivo: “Qué día tan triste. Descansa en paz, Diane Keaton. Una actriz brillante, un corazón bondadoso y un espíritu independiente”.
Y Ben Stiller resumió el sentir de la industria con una frase sencilla y definitiva: “Una de las mejores actrices de todos los tiempos. Un icono de estilo, humor y comedia. Brillante. Qué persona”.

Diane Keaton se marcha dejando tras de sí una filmografía inmortal, una huella imborrable en la moda y una lección de independencia y autenticidad que sigue inspirando a generaciones. Su legado trasciende el cine: fue una mujer libre que nunca pidió permiso para ser ella misma.