Esta historia trata de la fe y de un corazón lleno de luz, calor y amor. Nick Vujicic y un niño que también nació sin extremidades, pero cree que todo en esta vida es posible con Dios.

Un hombre adulto y un niño pequeño están sentados en un sofá. Una suave luz les ilumina, ambos sonríen y tienen la ternura congelada en el rostro. Los dos nacieron en momentos diferentes, pero los dos no tienen brazos ni piernas. A cambio, Dios les ha dado fortaleza de espíritu, una fe tremenda y un amor que todo lo abarca. Todo ello les da fuerzas para derribar las barreras que se cruzan en su camino.
Nick nació en 1982 en Australia. Los médicos le diagnosticaron inmediatamente el síndrome de tetraamelia. Se trata de un raro trastorno genético, debido al cual una persona carece de extremidades. Los padres del niño eran cristianos, pero quedaron conmocionados tras su nacimiento. A pesar de ello, no abandonaron a su hijo, al contrario, hicieron todo lo posible para que el niño obtuviera todo lo que otros niños obtienen de la vida: educación, carrera, amor y, lo más importante, fe en sí mismo.

Sí, de niño Nick experimentó la incomprensión de los demás y el ridículo hacia sí mismo. En la escuela sus compañeros se burlaban de él, y cuando tenía 10 años quiso abandonar este mundo, pero con el tiempo se dio cuenta de que su vida está llena de sentido, es él quien puede ayudar a otras personas.
Hoy en día, ni un vago ha oído hablar de Nick Vujicic. Es uno de los mejores oradores sobre motivación. Nick ha viajado a más de 70 países de todo el mundo, donde ha hablado a la gente sobre su vida, la fe, el amor y cómo superar los retos de la vida en el camino. Para millones de personas de todo el mundo, la frase de Nick «No Limbs and No Boundaries» se ha convertido en una especie de lema al que se adhieren.
Dios ha bendecido a Nick con una familia. Tiene una bella esposa que le ha dado cuatro hermosos hijos. Nick practica deportes, inspira a los jóvenes a alcanzar nuevos logros y dirige una fundación benéfica. En 2012 se rodó una película protagonizada por Nick llamada «Butterfly Circus» en la que mostraba al mundo su fuerza interior.

Junto a Nick aparece un niño que nació igual que Vujicic. El niño no simboliza la tragedia, sino la fe y la esperanza. En esos ojitos no hay ni una pizca de miedo, sólo confianza y curiosidad. Fotos como ésta pretenden ayudar a la gente a cambiar su percepción del mundo que les rodea. ¿Lo dice la foto? «La vida es muy valiosa, mires en la dirección que mires». El bebé demuestra que es posible no nacer víctima, sino auténtico luchador.
Nick Vujcic está seguro de que Dios le envió a este mundo para mostrar a la gente lo grande que es el amor del Padre Celestial. El hombre lleva luz donde hay oscuridad, abraza a la gente no con las manos, sino con el corazón y el alma.

Últimamente nacen cada vez más niños con ciertas peculiaridades. Para muchos padres es un shock, pero mirando a Nick, pueden tener fe en que un niño con un diagnóstico puede vivir una vida plena y tendrá un futuro brillante.
Por desgracia, la sociedad moderna valora y presta cada vez más atención al exterior, sin dar oportunidad a considerar el mundo interior de una persona. Las actuaciones de Nick pretenden mostrar lo contrario. Cada actuación es una experiencia, lágrimas de los asistentes, aplausos y risas.
«No controlas el cuerpo al nacer, pero puedes elegir lo que será tu alma, de qué estará llena».

La familia de Nick y Kanae es un ejemplo de confianza y gran amor. Su esposa confesó que enseguida vio fuerza y luz en su futuro cónyuge. Esto está en el corazón de su familia, y los niños crecen en un ambiente de respeto y apoyo.
Deseamos que todo el mundo encuentre su «por qué» para ser feliz.