El actor estadounidense Nick Nolte, considerado en su día un símbolo de belleza y fuerza, celebró recientemente su 82 cumpleaños. A pesar de que Noltee era famoso por sus papeles de hombre duro y fuerte, su talento interpretativo resultó ser mucho más profundo y polifacético. Su memorable aspecto -mandíbula cuadrada, pómulos angulosos y pelo despeinado- le asemeja a los héroes de las tragedias de Shakespeare y da la imagen de una fuerza característica.
Su extraordinaria capacidad interpretativa le valió a Nolty no sólo el reconocimiento de la crítica, sino también el título de uno de los mejores actores del cine estadounidense. Aunque ya no se le considera un rompecorazones como antaño, sigue haciendo una enorme contribución al cine y sigue siendo una auténtica leyenda. Su trabajo sigue inspirando y resonando entre el público, y el propio actor está merecidamente considerado como uno de los profesionales más respetados de la industria.
Noltee ganó un Globo de Oro en 1991 por su papel en la película dramática, y también ha sido nominado tres veces a los Oscar por su excelente trabajo, incluido su icónico papel en El príncipe de las mareas. Las nominaciones y los premios hablan por sí solos, demostrando el talento único de Noltey y su capacidad para meterse en el personaje y sorprender al público. En otras películas populares como «Warrior» y «Brujería», Noltey ha demostrado una profundidad inimitable en sus personajes.
Sin embargo, su vida cambió cuando en 2002 se difundió una fotografía suya en la que aparecía descuidado. La foto provocó la condena pública y llamó la atención sobre sus problemas personales y legales. A pesar de ello, sigue siendo un actor cuyo talento y aportaciones al mundo del cine serán recordados durante años. Aunque Noltee ha perdido parte de su antigua reputación, su trabajo sigue siendo muy apreciado.
Su entrenador de fútbol recordaba que, incluso durante sus años universitarios, Nolty mostró interés por la interpretación a pesar de su talento natural para los deportes. Aunque se le describía como un chico delgado y torpe, Noltee era persistente y había aspirado a la gran pantalla desde niño. También reveló que sufrió una dislexia no diagnosticada durante sus años escolares, lo que explicaba algunas de sus dificultades de comunicación y aprendizaje.
Comenzó su carrera como modelo y ya en 1972 se convirtió en el rostro de la campaña publicitaria «Summer Blonde» de Clairol, lo que le convirtió en uno de los modelos más reconocidos. Su participación en un anuncio de tintes para el cabello femenino junto a Sigourney Weaver fue uno de los primeros movimientos de este tipo en la industria. La miniserie de televisión Hombre rico, hombre pobre, de 1976, dio a Nolty su primera gran fama, y su papel de Tom Jordache le convirtió en uno de los favoritos del público.
Su trabajo en esta serie causó verdadero furor. Para el papel, Nolty tuvo que someterse a un intenso entrenamiento físico, a pesar de pesar sólo 45 kilos. La preparación para el papel fue larga y requirió una dieta estricta y footing diario. La perseverancia y el sacrificio dieron sus frutos, y gracias a ello Nolty se ha ganado el estatus de uno de los actores más destacados.
Su estrellato en Hollywood llegó en 1982, cuando intervino en la película de acción 48 horas. Su asociación con Eddie Murphy le llevó a un nuevo nivel en su carrera como actor. «48 Horas» fue una película rompedora que mostró por primera vez la tensa relación entre personajes blancos y negros, lo que despertó interés y controversia.
En los años 90, Noltey alcanzó la cima de su carrera y amasó un impresionante ejército de fans, pero en la década de 2000 el foco de atención se desplazó a su vida personal. Tres matrimonios y enfrentamientos regulares con las autoridades se convirtieron en parte de su vida, reflejo de su naturaleza problemática y su relación a veces difícil con su entorno. Sin embargo, Noltey ha sabido mantenerse fiel a sí mismo.
Hoy está sobrio y lleva una vida tranquila. Admite que una vez consumió alcohol para sobreponerse, pero desde 2002 lleva un estilo de vida saludable. Aunque su carrera ha ido cuesta abajo, Noltey se contenta con sus modestos placeres: una casa en un árbol en Malibú, libros y salidas con su familia. Padre de dos hijos, Brawley y Sophia, está encantado de apoyarles para que encuentren su propio camino, aunque no sea la actuación.
A pesar de los años, Nolty sigue trabajando y viendo la vida como una aventura apasionante que está dispuesto a afrontar con energía y pasión. Su legado como actor que sigue inspirando con el ejemplo seguirá siendo una parte importante de la industria cinematográfica.