К. Fisher en su época fue considerada una modelo muy cotizada. Encandilaba a todos con su belleza sin igual y colaboraba a menudo con marcas famosas. Fisher atrajo al mismísimo D. Al-Fayed, hijo de un multimillonario, que no tardó en proponerle matrimonio.
Dodi le regaló un anillo de zafiro negro. La pareja decidió incluso la fecha y el lugar de la boda. El hombre se caracterizaba por sus celos, por lo que no quería que su novia siguiera trabajando como modelo. En consecuencia, K. Fisher dejó su carrera por el bien de su marido.
Pero esto no estaba destinado a suceder. Una vez la modelo vio en el periódico fotos de su prometido con la mismísima princesa Diana, en las que se besaban de vacaciones. Fisher llamó a Dodi y éste le dijo que no habría boda.
Estaba dispuesta a presentar una demanda contra su adinerado prometido. Sin embargo, después de que Al-Fayed estrellara su coche con la princesa Diana, ella no lo hizo. Kelly hizo pública correspondencia con él, conversaciones telefónicas, de las que se desprendía que nunca amó a Diana, ella era para él sólo un medio de ascender en la alta sociedad.