Pat Seck fue privado de su libertad de niño. Los dueños de esclavos apreciaban su forma física y su buen aspecto. Por ello, decidieron convertirlo en inseminador de todas las mujeres que estaban esclavizadas. Naturalmente, todo ocurrió por la fuerza, sin deseo mutuo. Roque Jose Florencio tenia que cumplir un solo papel, no le llamaban para ningun otro trabajo.
Después de 40 años, el hombre pudo liberarse. Pata Seca no podía creer que ahora era dueño de su propia vida. La historia de su vida conmocionó a todos.
Todo ocurrió en Brasil en 1828. Roque José tenía 12 años cuando acabó en el mercado de esclavos. Lo compró un terrateniente. El propietario decidió que Pata Seca sería un excelente inseminador, porque era alto, escultural y guapo.
Naturalmente, Roque no tenía derecho a fundar su propia familia. Se le obligaba a mantener relaciones con las esclavas por la fuerza, nada ocurría por su propia voluntad. ¿Por qué lo hacía el terrateniente? Necesitaba muchos esclavos jóvenes que pudieran sustituir a los viejos trabajadores en los años venideros. Los viejos no podían hacer frente a la cantidad de trabajo necesaria.
Los dueños de esclavos solían hacer esto para evitar el gasto de comprar nuevos esclavos. Compraban un inseminador robusto porque creían que la resistencia y la forma física se heredarían. Además, se creía que esos hombres majestuosos producirían muchachos que estarían listos para el trabajo físico duro en una docena de años. Roque también era fértil, justo lo que su amo necesitaba.
Es imposible contar cuántas mujeres tuvieron relaciones con él. Según fuentes fidedignas, tuvo unos 249 hijos. Todos trabajaron en la plantación o fueron vendidos a otros terratenientes.
Durante 40 años, Roque soñó con la libertad. Tenía que hacer todo lo que su amo le pedía para evitar la ira de éste.
Si un hombre hacía un buen trabajo, el terrateniente le animaba. El inseminador podía ir él mismo a la ciudad. Pero un día la confianza del terrateniente no estaba justificada, pues Pata Seka quería huir, así que dejaron de dejarle ir.
El hombre seguía creyendo que algún día sería libre. Ayudaba activamente a los demás esclavos a escapar de la granja, ya que tenían más posibilidades de escapar. Pat Sek era respetado por todos y también lo llamaban símbolo de la justicia. Roque no sólo era guapo, sino que también tenía una mente increíble, por lo que siempre estaba pensando en el futuro.
Los que consiguieron escapar crearon pueblos especiales. Se dieron cuenta de que si se unían, había posibilidades de rescate.
En 1888, Roque fue liberado porque Brasil había aprobado una ley que abolía la esclavitud. Su antiguo amo le dio una parcela de tierra como recompensa por su buen trabajo. Pata Seca abrió su propia granja donde cultivaba caña y producía rapaduru. Sin embargo, no tenía dinero para una cerca, así que sus vecinos le arrebataron parte de la tierra.
Pero lo más importante es que Roque José era dueño de su propia vida. Se comprometió con una mujer que había conocido cuando aún era esclavo. El matrimonio tuvo nueve hijos. Gracias a su activo «trabajo» en la esclavitud, Pata Seca es antepasado del 30% de la población de su pueblo natal.
Además, también es un hombre longevo. En su 130 cumpleaños, se divirtió y habló de sus planes. Sin embargo, un accidente le arrebató la vida: el hombre pisó un clavo y pronto murió de una enfermedad mortal (tétanos).
Roque murió en 1958. Sobrevivió a la esclavitud y pudo vivir al menos un poco en libertad. En su último viaje fue despedido por miles de personas, porque se le consideraba un hombre respetado. El destino le preparó muchas pruebas, pero lo principal es que nunca perdió la esperanza y creyó en su libertad.
