El actor ha visitado el programa de Pablo Motos para presentar su nueva película, Me has robado el corazón
Con una gran sonrisa y su habitual desparpajo, Óscar Casas apareció en el plató de El Hormiguero, llenándolo en segundos de buen rollo. El intérprete acudió al espacio de Antena 3 para charlar con Pablo Motos sobre su último proyecto, Me has robado el corazón. La cinta gira en torno a Eric, el personaje del hermano de Mario Casas, un joven ingeniero que, tras atracar un banco en Madrid, engaña a Vera —interpretada por Ana Jara—, a quien conoce en una app de citas, para que sea su conductora en la huida rumbo a Galicia. Sobre esta película y también sobre su vida personal habló el actor de 27 años.
Vestido completamente de negro, con una camisa rematada en blanco, se sentó junto al presentador y comenzó explicando el argumento del filme. Después de su resumen, Motos anunció que iban a ver el tráiler, pero al comenzar las imágenes en la pantalla apareció… un camión. Ante la cara de incredulidad de Óscar, el presentador bromeó: «Yo te he dicho que poníamos un tráiler y hemos puesto un tráiler. A veces me toman al pie de la letra». «Creo que se han equivocado, Pablo», respondió el actor entre risas.
Su mayor locura por amor
Durante la conversación, Casas desveló cuál ha sido la mayor locura que ha cometido por amor:
«He robado, sí. Fueron unas zapatillas, por amor. Era menor de edad, ha prescrito», contó entre risas. «Me gustaba mucho la chica y a ella le gustaba robar un poco. Me dijo: “¿Y si robamos?” Y yo le dije: “Vamos, pa’lante”. Soy muy aventurero. Total, que robé unas zapatillas y ella no sé qué cogió, y en cuanto íbamos a salir, aquello empezó a pitar».
Eso sí, el actor —que mantiene una feliz relación con Ana Mena— explicó que les pillaron y que nunca ha vuelto a hacer algo parecido:
«En ese momento, cuando empezó el “pi, pi, pi”, salimos corriendo. Fue un subidón de adrenalina, y cuando me paro en una esquina, veo que ella no está. Me empiezan a llamar y era ella, llorando, diciéndome que la habían pillado. “Ven, por favor, que me han cogido”, me decía. Así que volví con las zapatillas y nada, llamaron a mis padres».
La reacción en casa no fue precisamente tranquila:
«Mis padres reaccionaron fatal porque justo la semana anterior ya había hecho algo malo. Muy heavy también. De camino a casa, en el coche, me decían: “Pero, ¿qué te está pasando?” Y desde entonces nunca más he hecho nada malo. Desde ese día intento hacerlo todo bien».
Hablando de asuntos del corazón, el actor se definió como un chico “unicornio”, el término con el que en la película describen al hombre perfecto:
«Soy muy pesado, intenso, no soy celoso, podría llegar a ser vengativo, soy bastante romántico», confesó entre bromas.
Sobre Mario Casas
Otro de los temas que salieron en la entrevista fue su hermano Mario Casas y todo lo que ha aprendido de él a la hora de prepararse físicamente para los papeles:
«Mi hermano me mete mucha presión con el gimnasio. Si no voy un día a entrenar, tengo a mi hermano escribiéndome que por qué no he ido, que dónde estoy, que qué me pasa», relató divertido.
El protagonista de Mi soledad tiene alas también contó una anécdota de sus vacaciones en Bali, donde sufrió un accidente con una moto:
«Pensé que me moría, no llegué ni a ver la moto. Venía sin luces y solo noté el golpe. En el aire pensé que no podía ser, caí, me miré y estaba todo bien. Vinieron unos tailandeses a ayudarme, uno se acercó, me mareé, me tumbé y el señor empezó a cogerme las piernas y los brazos y a hacer ruidos raros», recordó entre risas, aliviado de que todo quedara en un susto.
