PLANEÉ UNA FIESTA SORPRESA PARA MI MARIDO, PERO CUANDO ENTRÓ, TODOS SE CALLARON DE REPENTE.

Cuando María decidió organizar una fiesta sorpresa para el 40 cumpleaños de su marido, nunca imaginó que acabaría conociendo a desconocidos. Lo que empezó como una celebración cuidadosamente planeada se convirtió rápidamente en una cómica aventura, ¡y todo gracias a una inesperada reserva en Airbnb!

María lo había pensado todo al detalle. Le dijo a su marido, Andrew, que viajaba a otra ciudad por negocios y que no podría estar en casa para su cumpleaños, así que pensó que la fiesta sería más tarde. La víspera, incluso fingió que iba al aeropuerto y se quedó tranquilamente en casa de su amiga Oli para empezar a prepararlo todo por la mañana.

Desde primera hora de la mañana María ya estaba en pie, revisando su plan por última vez. Había invitado a familiares y amigos a las 5 de la tarde para que a las 6 -hora en la que Andrew solía regresar- todo estuviera listo. A las 16:45, la casa empezó a llenarse de invitados. El salón brillaba con cintas azules y doradas, globos y una enorme pancarta que rezaba: «¡Feliz cumpleaños, Andrew!».

Cuando la emoción estaba en su punto álgido, María reunió a todos en la cocina.

Muy bien, ¡que todo el mundo se esconda! — susurró, tratando de mantener una actitud alegre.
Los invitados se rieron, pero enseguida se dispersaron por la cocina, conteniendo la respiración, listos para saltar al grito de «¡Sorpresa!» en cualquier momento.

Se oyó un crujido en la puerta principal. Todos se quedaron inmóviles, esperando que Andrew estuviera a punto de aparecer.

Pero en vez de él, entró en la casa una pareja joven, con un aspecto no menos confuso que el de todos los que se escondían en la cocina.

María se adelantó confundida.

Perdone, ¿quién es usted? — preguntó desconcertada.

El hombre la miró sorprendido y respondió:

Alquilamos esta casa a través de Airbnb. Se supone que vamos a quedarnos aquí un par de días.

María abrió la boca asombrada. Su marido, pensando que ella se había ido, ¡había alquilado su casa a través de Airbnb para sacarse un dinerillo extra! Los invitados se quedaron en completo silencio, sin saber si reírse o sorprenderse.

Pero Mariah no dejó que la confusión arruinara la velada. Se recompuso rápidamente, sonrió y dijo:

Bueno, ya que estáis aquí, ¡bienvenidos a la fiesta!

Las invitadas, que se llamaban Ilya y Anya, se miraron y se echaron a reír.

¿Por qué no? ¡Nos encantan las fiestas! — dijo Ilya.

Cuando Andrei entró por fin, esperando una casa vacía, se quedó helado en la puerta: una habitación llena de gente, con dos desconocidos en el centro. Se le encendieron las mejillas.

¿Qué está pasando aquí?

María no pudo contener la risa:

Andrei, te presento a Ilya y Anya, nuestros «huéspedes» de Airbnb. ¿Me lo puedes explicar?

Andrei se rió, ligeramente avergonzado:

Yo… solo quería ahorrar para unas vacaciones….

Los invitados estallaron en carcajadas, la tensión desapareció de inmediato y el ambiente se volvió aún más cálido. Ilya y Anya se unieron rápidamente a la compañía, y pronto todos estaban riendo, charlando y divirtiéndose como viejos amigos.

A pesar del giro inesperado, las vacaciones fueron un éxito. La joven pareja resultó ser una excelente conversadora y añadió un encanto especial a la fiesta. Se alzaron las copas, se brindó por las sorpresas que prepara la vida y por lo estupendo que es poder reírse de lo inesperado.

Al final de la velada, nadie quería irse. La confusión accidental había hecho que el día fuera inolvidable, convirtiéndolo en una historia familiar favorita que se contaría una y otra vez.

Y en cuanto a las vacaciones… Maria y Andrei estaban seguros de que no serían aburridas, gracias a su alegre encuentro con unos invitados no invitados, pero muy cariñosos.

PLANEÉ UNA FIESTA SORPRESA PARA MI MARIDO, PERO CUANDO ENTRÓ, TODOS SE CALLARON DE REPENTE.
Esta mujer embarazada estaba haciendo fotos en la playa. ¿Quién iba a esperar que…