Georgina Rodríguez era una dependienta normal en una tienda de Gucci cuando Cristiano Ronaldo se fijó en ella. En ese momento, ni siquiera podía imaginar que su vida cambiaría para siempre. La joven no buscaba la riqueza ni la fama, y mucho menos esperaba convertirse algún día en la esposa de uno de los futbolistas más famosos. A pesar de no estar oficialmente casados, la pareja tiene cinco hijos.
Se conocieron cuando Georgina trabajaba en la boutique de Gucci y Ronaldo la invitó a uno de sus eventos. Entre ellos surgió inmediatamente una chispa y, como Georgina misma reconoció más tarde, su vida se dividió en un antes y un después de conocerlo. Iba al trabajo en transporte público y, al poco tiempo, regresaba a casa en un coche caro que le había regalado Ronaldo.
Georgina, originaria de un pequeño pueblo español, ni siquiera podía imaginar que su futuro estaría ligado a una persona como Cristiano y que se convertiría en una de las personas más comentadas de la industria de la moda.
Su camino hacia el éxito estuvo estrechamente relacionado con su sueño de convertirse en modelo y bailarina. Fue precisamente esta ambición la que la llevó a Madrid, donde buscaba oportunidades para desarrollar su carrera. Gracias a su relación con Ronaldo, Georgina alcanzó rápidamente el éxito, llegando incluso a pisar la alfombra roja del Festival de Cine de Cannes.
Sin embargo, cabe destacar que siempre prestó atención a su apariencia y sabía cómo cuidarse. La apariencia y el cuidado personal eran una parte importante de su imagen incluso antes de que el famoso futbolista cambiara su vida.
