Una vez, recuerdo haber visto un programa fascinante en algún canal central de televisión sobre las dolencias que padecen ciertas estrellas. En ese programa se decía que el actor favorito del público, Sylvester Stallone, tenía dislexia.
En aquel momento no conocía el significado de la palabra y rápidamente empecé a buscar en Google. Resulta que muchas estrellas, entre ellas Keira Knightley, Salma Hayek y muchas otras, padecen este trastorno de la lectura. Al mismo tiempo defectuoso o retraso en el desarrollo de las celebridades no se puede llamar exactamente.
Y ahora volvamos a nuestro personaje principal — Sylvester Gardenzio Stallone. ¡Sea como fuere, el fuerte Rimbaud tiene un destino que no es envidiable! He aquí algunos ejemplos vívidos de su biografía.
Debido al difícil parto (el bebé tuvo que tirar del fórceps, debido a lo cual se dañaron las terminaciones nerviosas) en el niño desde pequeño abrió los ojos sólo a la mitad, así como dejó paralizadas la lengua y las mejillas. Seguramente usted ha notado más de una vez que el actor habla de forma extraña.
A los 11 años veía películas de superhéroes y quería saltar desde un tejado con la ayuda de un paraguas. Sylvester cayó en un pozo de hormigón, y su padre, al verlo, gritó a su mujer: «¡Mira a este pobre niño, has parido a un idiota!».
A la edad de 13 años, el joven Stallone había cambiado 10 escuelas, en cada una de las cuales no permaneció mucho tiempo debido a su mal comportamiento. El verdadero problema, sin embargo, era que el chico sufría constantemente el acoso de sus compañeros.
Para frenar de alguna manera estos abusos, Stallone se matriculó en deportes y, para gran sorpresa de sus padres, tuvo éxito allí. Además, inmediatamente después del colegio, ingresó en el American College de Suiza, donde paralelamente, entrenador a tiempo parcial…
Fue allí donde Sylvester asistió a clases de teatro y pronto se dio cuenta de que el escenario, y no el deporte, lo era todo para él. Durante cinco largos años intentó abrirse camino en el mundo del espectáculo: escribía guiones, acudía a audiciones y castings, pero en todas partes le rechazaban.
Para sobrevivir de alguna manera, el actor tuvo que trabajar como vigilante y taquillero en el zoo. Un día, cuando vio en la pantalla azul el combate entre los famosos boxeadores Mohammed Ali y Chuck Wepner, tuvo una idea brillante en la cabeza. Deberíamos hacer una película sobre un boxeador perdedor que se enamora y después triunfa.
Seis guiones de esta historia fueron rechazados por compañías cinematográficas, pero el séptimo, titulado Rocky, gustó mucho al personal del gigante Universal. ¡Decidieron firmar un contrato con el joven talento por 350 mil dólares!
Si crees que aceptó aceptar una suma fabulosa sin pensárselo, estás muy equivocado. Stallone le ofreció venderle el guión por sólo un dólar, pero que le aceptara para el papel protagonista. Desde entonces, el artista tiene el apodo de «Sly» («astuto» en inglés).