Un abogado noruego analiza el futuro judicial de Marius Borg: «No le beneficia en absoluto pertenecer a la familia real»

El jurista Patrick Lundevall-Unger advierte de que existen «abundantes pruebas» y que el hijo de la princesa Mette-Marit se expone a una pena de hasta 16 años de prisión

El juicio contra el hijo de la princesa heredera Mette-Marit, Marius Borg Høiby, arrancará el 3 de febrero, pero la expectación ya es máxima en torno al que muchos califican como el juicio del siglo por el interés internacional que genera su vínculo con la realeza. A sus 28 años, el hijastro del futuro rey se enfrenta a 32 cargos, entre ellos violación y otros delitos sexuales graves, en un proceso que será público a petición de la propia defensa, una estrategia que algunos expertos interpretan como una forma de aumentar la presión sobre las víctimas. Son muchas las dudas que planean sobre el caso y los medios buscan respuestas antes incluso de que se abran las sesiones: ¿a qué pena máxima se enfrenta Marius?, ¿le otorga alguna ventaja su relación con la Familia Real?, ¿podría acabar en prisión?, ¿qué estrategia está desplegando la defensa del hijo de la princesa?

La princesa Mette-Marit tuvo a Marius Borg cuatro años antes de su boda con el futuro rey de Noruega, el príncipe Haakon, con quien posteriormente ha tenido dos hijos, la princesa Ingrid y el príncipe Sverre

Desde Alemania, donde el caso ha despertado un enorme interés mediático, la revista Bunte ha querido arrojar algo de luz recurriendo al abogado noruego Patrick Lundevall-Unger, que considera que las pruebas relativas a los cargos más graves —los cuatro delitos de violación— son contundentes. “La legislación noruega es muy estricta en este ámbito”, explica. “Høiby se arriesga a una pena de hasta 16 años de prisión si es declarado culpable de todos los cargos. Es importante subrayar que la ley noruega define la violación como cualquier forma de penetración”, añade.

Marius Borg, en una imagen de archivo

“Dado que la regulación sobre violación es muy amplia en Noruega, este es el delito más grave”, afirma Lundevall-Unger. “Marius se defiende alegando que las relaciones sexuales fueron consentidas, algo que, en mi opinión, será muy difícil de sostener ante un tribunal. Hay abundantes pruebas que las autoridades obtuvieron de sus dispositivos de almacenamiento digital. El hecho de que él mismo buscara términos como ‘violación’ y ‘agresión sexual’ en Google antes de que se produjeran los hechos es jurídicamente devastador para Høiby”.

Marius Borg acompaña a su familia, que también forma parte de la Familia Real, en los actos del Día Nacional en su residencia de Asker, donde se muestran a pie de calle y no en el balcón del Palacio Real de Oslo, reservado a la institución

Por el momento está previsto que Marius Borg Høiby declare en la segunda jornada del juicio. “Si resulta absuelto de los cargos de violación, únicamente será condenado en base a su confesión”, aclara el abogado. Hay que recordar que Marius solo ha admitido los hechos ocurridos el 4 de agosto de 2024 en el barrio de Frogner, una zona acomodada de Oslo, donde protagonizó una fuerte discusión con su entonces pareja —a la que la prensa se refiere como “la chica de Frogner”— seguida de agresiones, amenazas y destrozos. Ese episodio fue el detonante que permitió a la policía acceder a sus teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos, donde habrían encontrado indicios de que no se trataba de un caso aislado, según explicó él mismo a través de su anterior defensa, atribuyéndolo a problemas de salud mental ligados a la presión mediática, el alcohol y la cocaína.

“Se le imputan cuatro cargos de violación, además de agresión, violencia, amenazas y daños a la propiedad. En el caso de una de las víctimas, solo ha confesado las amenazas”, señala Lundevall-Unger en el citado medio alemán. “Si finalmente solo es condenado por estos delitos, podría recibir una pena condicional; pero si es declarado culpable de todos los cargos, se enfrenta a varios años de cárcel”.

El príncipe Haakon junto a Marius Borg durante un acto oficial; Marius nunca ha ostentado título de príncipe ni ha tenido un papel institucional activo, pero siempre ha formado parte del entorno de la Familia Real

En relación con los problemas de adicción que el propio hijo de la princesa heredera ha reconocido, la cadena TV 2 Norge informó de que Marius había ingresado de nuevo en tratamiento. Sus abogados confirmaron la noticia, sin aportar más detalles, algo que también encaja en la posible estrategia de la defensa. No es la primera vez que se habla de estas “idas y venidas”, algunas de ellas con el propio Haakon acompañándole, en un año marcado por esta dinámica. “Si realmente ha sido así, se considerará una circunstancia atenuante”, valora Lundevall-Unger. “No obstante, nunca se ha precisado cuánto tiempo estuvo en tratamiento en Inglaterra. Sus abogados deberán documentarlo con exactitud; solo entonces podrá tenerse en cuenta como atenuante. Aun así, creo que fue más bien una maniobra táctica para intentar lograr una reducción de la pena”.

En segunda fila, Marius y el príncipe heredero Haakon. En primera línea, la princesa Mette-Marit, los príncipes Ingrid y Sverre Magnus, y los reyes Sonia y Harald

En cuanto a los supuestos privilegios de los que podría beneficiarse Marius Borg por haberse criado desde los cuatro años junto a la Familia Real noruega y ser el hijastro de una de las figuras clave de la Jefatura del Estado, la propia institución ya se ha pronunciado: se mantiene al margen, también de los costes económicos del proceso, y deja el asunto en manos de la justicia. “A Høiby no le beneficia en absoluto pertenecer a la familia real”, sostiene el abogado.

En primera fila, el rey Harald y la reina Sonia con la princesa Ingrid (en el centro). Detrás, de izquierda a derecha: la princesa Mette-Marit, el príncipe Haakon, el príncipe Sverre y Marius

“Al contrario: no forma parte formalmente de la institución. El hecho de que la princesa Mette-Marit sí pertenezca a la Casa Real hace su situación aún más complicada”, concluye Lundevall-Unger, consciente de que el proceso será analizado con lupa y recordando que, en el pasado, la intervención de Mette-Marit en relación con las detenciones de su hijo terminó filtrándose y creando un problema para la Casa Real noruega, que nunca se había enfrentado a una crisis de popularidad como la actual desde que la familia llegó al país para reinar en 1905.

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