Una azafata sospechó que algo iba mal cuando vio a una joven con un hombre mayor y encontró una nota de tres palabras en el lavabo tras el despegue.

Cuando un hombre y una adolescente embarcaron en un vuelo de Seattle a San Francisco, la azafata de Alaska Airlines Sheila Frederick empezó a recelar.

El hombre iba elegantemente vestido, pero la chica no y se negaba a cruzar miradas.

Haciendo su trabajo a bordo, Sheila no podía dejar de pensar en la chica.

Al final se le ocurrió un plan ingenioso que requería mucho valor, un valor que salvó a esta joven de una situación peligrosa.

Sheila Frederick, ¡eres una heroína, amiga mía! Una azafata de @AlaskaAir rescata a una niña y se da cuenta de que hay indicios de trata de seres humanos http://buff.ly/2kAgoHj

Publicado por Women Who Startup el lunes, 6 de febrero de 2017

Sheila no pudo ignorar a la niña e intentó desesperadamente establecer contacto visual con ella mientras repartía aperitivos a bordo del avión.

Compartió sus sospechas con una compañera y juntas idearon un plan para distraer al hombre mientras Sheila intentaba llamar la atención de la niña.

«Al final levantó la vista y la expresión de sus ojos era desgarradora, así que me disculpé y me eché hacia atrás y me eché a llorar», cuenta Sheila a Good Morning Britain.

Ideó un astuto plan: dejó una nota y un bolígrafo en uno de los aseos del avión y lo cerró con llave, para luego abrirlo a la chica.

Mientras su colega distraía al hombre, Sheila señalaba el retrete simulando que escribía algo.

Luego esperó y confió en que la chica lo entendería.

Dejó una nota y un bolígrafo en el retrete.

Afortunadamente, la chica se disculpó y dijo que necesitaba ir al baño.

El hombre se quedó fuera, cerca del aseo, pero Sheila se negó a abandonar el lugar y no le quitó ojo de encima.

«Dejé una nota en uno de los aseos», cuenta Sheila. «Respondió a la nota diciendo: ‘Necesito ayuda’».

Sheila informó al piloto, que se puso en contacto con el control de tráfico aéreo para que el hombre fuera detenido por las autoridades al aterrizar.

Escuche el relato completo de la heroica azafata en el clip que figura a continuación.

Sheila ha seguido en contacto con la joven a la que rescató de la trata de seres humanos, y ambas han hablado varias veces a lo largo de los años.

Ahora la joven está incluso en la universidad, informa el Western Journal.

«Si ves algo, habla de ello», aconseja Sheila.

Por favor, comparte esta historia para recordar a la gente que confíe en sus instintos y para rendir homenaje a la valiente y extraordinaria Sheila Frederick.

Es un brillante ejemplo para todos nosotros.

Una azafata sospechó que algo iba mal cuando vio a una joven con un hombre mayor y encontró una nota de tres palabras en el lavabo tras el despegue.
¿Están esta madre y su hija dándose un baño? Ahora mira más de cerca el agua sobre sus hombros.