Mucha gente ha oído hablar de Rose y Josefa Blazek, ya que no hay muchas siamesas en el mundo. Son unidas por la pelvis, así que no afectó mucho a sus vidas. Sin embargo, cuando una de las hermanas cumplió 26 años, conoció a su amor.

Tres años después, Rosa descubrió que estaba embarazada. ¿Y qué tipo de bebé tuvo? Lo más interesante es que a las dos hermanas les salió leche, así que se turnaron para alimentar al niño.
En este artículo puedes ver una foto del marido de la hermana y su bebé.

Las hermanas nacieron en 1878. Desde el primer segundo de su vida se hicieron famosas en todo el mundo. El nacimiento de siamesas en aquella época generalmente parecía algo increíble.
Las hermanas estaban unidas físicamente para siempre en la región pélvica. Ninguno de los médicos se atrevió a separarlas.
Las niñas vivieron vidas plenas. Se dedicaron a la música e incluso hicieron algunas giras.

Cuando en 1906 las hermanas se fueron de gira, Rose conoció a su amor. El joven oficial Franz simplemente le robó el corazón. Así comenzó una relación romántica entre ellas.
Para Josefa fue muy difícil aceptarlo, pero tuvo que hacerlo.
Naturalmente, se sentía constantemente superflua, pero ¿qué podía hacer? Tenía que superarlo, para que al menos su hermana fuera feliz.

Las citas con amantes se hicieron habituales, y pronto todo el mundo se sorprendió con la noticia del embarazo de Rosa. ¡Fue una sensación mundial!
Era Rosa la que estaba embarazada, ya que mantenía una relación con un hombre, sin embargo, Josefa tuvo que pasar por todas las delicias. Como las hermanas están unidas, pasó tanto por la toxicosis como por el parto.
El niño nació fuerte y perfectamente sano. No eligieron un nombre para él durante mucho tiempo: le pusieron el nombre de su padre. Como la leche llegó a las dos hermanas, pudieron compartir los problemas de la madre.
Pronto las siamesas volvieron de nuevo a los escenarios, pero ya con un niño. El público recibió con admiración todas sus actuaciones, y en especial el número «Dos madres — Un corazón».

En 1922 se supo que Josefa estaba gravemente enferma. Para salvar a Rosa, los médicos querían operarla. Sin embargo, la hermana no estaba de acuerdo: creía que, puesto que habían nacido juntas, debían morir juntas.
Y así sucedió. La diferencia en la hora de la muerte fue de 12 minutos.