Uno de los procedimientos de la cirugía plástica es la rinoplastia. Si alguien tiene la mala suerte de tener una nariz que llama demasiado la atención de todos los que le rodean, la situación puede corregirse mediante una rinoplastia.
De ser un procedimiento más bien exclusivo y exótico, la rinoplastia se ha convertido rápidamente en un procedimiento accesible a casi todo el mundo, que practican fácilmente no sólo los cirujanos experimentados, sino también los propietarios normales de un bisturí y un quirófano.
La insatisfacción con su nariz está presente en muchas personas, especialmente para la hermosa mitad de la humanidad. Las mujeres, por regla general, creen que su nariz es demasiado larga o demasiado corta, con una joroba demasiado notable, respingona, inexpresiva, etc., etc., etc. Las razones por las que acuden a los cirujanos pueden ser muy diversas, a veces provocadas por emociones momentáneas ante los «piropos» de los demás.
Por supuesto, es asunto de cada cual hasta qué punto necesita cambiar su aspecto, pero quizá no sea necesario tratar estos procedimientos como una panacea, porque los hijos (o los nietos) mostrarán sin duda contornos hereditarios, y se sorprenderán por lo sorprendentemente opuesto de su aspecto al de sus madres y abuelas.
