The Shawshank Redemption: errores, agujeros de guion y gazapos

Ninguna otra película puede hacerte sentir, al mismo tiempo, prisionero y libre como «The Shawshank Redemption». En mi opinión, es la mejor película de todos los tiempos.

He perdido la cuenta de cuántas veces la he visto, pero podría volver a ponerla una y otra vez… y nunca me cansa.

La historia es de primera, la interpretación es impecable, el casting, perfecto: no sólo Morgan Freeman y Tim Robbins, sino también cada personaje secundario. Es cine en estado puro.

Pero ni siquiera las obras maestras están a salvo de los errores humanos…

Hace poco, un amigo me propuso volver a verla y al principio dudé. Hacía casi 15 años que no la veía y no estaba seguro de que siguiera aguantando el tipo. Pero déjenme decirles algo: sí lo hace. Desde la primera escena quedé atrapado y, una y otra vez, me asaltó la misma idea: esto es, de verdad, una de las mejores películas jamás hechas.

Ahora bien, pese a su estatus de culto, «The Shawshank Redemption» no está libre de rarezas, gazapos e incluso algunos agujeros de guion bastante evidentes que pueden hacerte levantar la ceja.

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Vamos a repasar algunos errores poco conocidos y detalles de “entre bambalinas” que, de algún modo, se colaron en la versión final de esta película casi perfecta.

Interpretación impecable

Tenemos que empezar por una “pequeñez” que no deja de sorprender a los fans de «The Shawshank Redemption». Y, curiosamente, gira en torno al legendario Morgan Freeman.

Durante la primera conversación entre Andy (Tim Robbins) y Red (Morgan Freeman) en el patio de la prisión —esa escena en la que Red lanza con calma una pelota de béisbol—, Freeman no se limitó a “actuar”.

El rodaje duró nueve horas agotadoras, y Freeman estuvo lanzando la pelota todo ese tiempo sin una sola queja. ¡Eso sí es entrega! Eso sí: al día siguiente la realidad le pasó factura y Freeman llegó al set con el brazo izquierdo en cabestrillo. Ese tipo de historia “de detrás de cámaras” también hace inolvidable la película.

El favorito personal de Freeman

Red, el preso sabio y de gran corazón interpretado por Morgan Freeman en «The Shawshank Redemption», es uno de los papeles más icónicos del actor… y, además, su favorito personal.

Lo curioso es que el personaje estuvo a punto de caer en manos de leyendas como Clint Eastwood, Harrison Ford, Paul Newman, Gene Hackman, Robert Redford o Robert Duvall, antes de que Freeman le diera vida con su interpretación inolvidable.

¿Por qué a Red le llaman “Red”?

En la novela de Stephen King, «Rita Hayworth y la redención de Shawshank», Red aparece descrito como un irlandés pelirrojo: nada que ver con lo que vemos en la película.

En una entrevista con Yahoo Entertainment en 2014, Freeman confesó que, cuando tomó por primera vez el libro, dejó de leer tras la primera página al descubrir que Red estaba escrito como irlandés. “Yo no puedo hacer de irlandés”, pensó, y dejó el libro.

A pesar de sus dudas iniciales, el director Frank Darabont siempre lo imaginó como Red y, al final, logró convencerlo.

La respuesta de Red —“Puede que sea porque soy irlandés”— cuando Andy le pregunta por el apodo se convirtió en un chiste interno que gustó tanto al equipo que lo mantuvieron en el montaje final.

El cambio de camisa

El impresionante empeño de Freeman con la pelota no es lo único que vale la pena mirar con lupa.

Aquí va un gazapo simpático para tu próximo rewatch: durante la escena de presentación entre Andy y Red, al fondo aparece un extra que, por lo visto, tuvo una crisis de vestuario.

Mientras se filman las réplicas de Red, el extra lleva una camisa de preso… pero cuando toca el turno de las réplicas de Andy, ¡milagrosamente aparece con otra distinta! Un detalle mínimo que hoy funciona casi como un “huevo de pascua” para los fans.

El fallo del tablero de ajedrez

Andy Dufresne, el genio de la prisión y rey de la contabilidad creativa, tiene una atención al detalle que podría rivalizar con la de un relojero. Controla todo: desde cuadrar las cuentas del alcaide hasta ayudar a los guardias a ahorrar en impuestos. Pero cuando se trata de colocar un tablero de ajedrez… digamos que hasta los genios tienen días malos.

A un espectador atento le cuesta no verlo: el tablero de ajedrez en la celda de Andy está girado al revés. La casilla inferior derecha, que siempre debe ser blanca, aparece negra.

Como resultado, la colocación inicial queda mal: tanto las piezas blancas como las negras (reyes y reinas) terminan intercambiadas, en casillas del color equivocado. Un error clásico que ningún jugador serio cometería… porque la colocación correcta es la base del juego.

Aunque, claro, quizá Andy tenía cosas más grandes en la cabeza que las normas del ajedrez. Al fin y al cabo, si estás planeando escapar de Shawshank, ¿qué importa romper una tradición más?

Tim Robbins explica el famoso agujero de guion

Uno de los momentos más memorables de «The Shawshank Redemption» es cuando guardias y presos descubren que Andy hizo lo imposible: ¡se fugó!

Pero durante años, los fans se han quedado dándole vueltas a un detalle concreto.

¿Cómo logró Andy volver a colocar el póster en su sitio después de pasar al túnel? Para algunos, el póster parecía estar fijado con claridad en las cuatro esquinas cuando el alcaide le lanzó una piedra.

La duda se volvió tan famosa que incluso Morgan Freeman la sacó durante un encuentro del reparto en el festival de cine TCM.

¿Magia del cine? ¿Un truco ingenioso? ¿O había una explicación que el público pasó por alto?

Según Geek Vibes Nation, Freeman le preguntó directamente a su compañero:

“¿Cómo volvió Andy a poner el póster en su sitio después de meterse en el túnel?”

“Es sencillo. Sencillísimo”, dijo Robbins, y lo explicó con gestos: imitó cómo se fija el póster por arriba, pero no por abajo. “Lo sujetas aquí [arriba]. Tirás de aquí [levantando la parte inferior]. Pasas por debajo. Entras”.

¿De verdad el escape podía pasar desapercibido?

¿Pero los fans se creen esa explicación? No del todo.

Según IMDb, la versión de Robbins tiene un problema: si el póster estuviera sujeto sólo por arriba, reaccionaría a los cambios de presión del túnel cuando se rompe la pared.

El póster o bien se habría golpeado (cerrándose de golpe), o —si estuviera sujeto por abajo— probablemente se habría abombado. En cualquier caso, ese movimiento habría hecho ruido y atraído la atención de los guardias. Y aquí surge la pregunta lógica: ¿cómo algo así no llamó la atención en el ambiente silencioso y vigilado de Shawshank?

¿Cómo pudo Andy romper una tubería de alcantarillado?

Cuando se habla del brillante plan de fuga de Andy, hay un detalle que siempre destaca: usó una piedra común para abrirse paso por las tuberías de alcantarillado y arrastrarse por dentro. El problema es que las tuberías de alcantarillado normalmente se fabrican de hierro.

Una piedra como la que usa Andy tendría que ser extraordinariamente dura para dejar siquiera una marca, y ya no digamos para romper una tubería. Además, la fuerza necesaria para golpear el hierro probablemente le habría lesionado la mano.

En la escena en la que Andy se arrastra por los túneles para escapar, Tim Robbins bromeó después: “En realidad, no eran desechos humanos, era estiércol de vaca. ¡Y era bastante tóxico!”

Un final perfecto… menos 30 segundos

Ya sabes que para mí «The Shawshank Redemption» es un 10/10, y casi me parece sacrilegio sugerir cambios. Pero si alguien me pusiera una pistola en la cabeza y me obligara a modificar algo, diría esto: la película podría terminar 30 segundos antes.

Sabemos que Red llega a México y a Zihuatanejo —o, al menos, que al final se reúne con Andy en algún lugar—. Además, es Red quien narra toda la película, incluyendo detalles precisos del escape y de la vida de Andy después, así que no podría saberlo todo si no lo encontrara y escuchara la historia.

La escena final en la playa, sin embargo, se siente demasiado literal y, para mí, resta un poco a la emoción global. No me habría molestado que lo dejaran más abierto.

Dato curioso: la escena de la playa de Zihuatanejo no se rodó en México, sino en la isla de Santa Cruz (Islas Vírgenes de EE. UU.), porque necesitaban ese azul caribeño espectacular.

¿Andy Dufresne estuvo basado en una persona real?

Aunque «The Shawshank Redemption» no se basa en una historia real, sí tiene algunos paralelismos curiosos con una fuga auténtica.

Muchos dicen que Andy se parece mucho a Frank Freshwaters, un hombre que fue encarcelado por homicidio involuntario en 1957. Como Andy, Frank se hizo cercano al personal de la prisión, se ganó su confianza y, por supuesto, empezó a preparar una fuga.

Y aquí es donde se pone interesante: Frank logró una fuga “a lo Shawshank” en circunstancias misteriosas. Nadie sabe bien cómo lo hizo, pero desapareció durante décadas, viviendo con otra identidad en Florida como camionero. Sólo 56 años después las autoridades lo encontraron, en un tráiler modesto en una propiedad ligada a los padres del senador de Florida Thad Altman. Al parecer, Frank era una especie de “vigilante” de los pantanos: iba a lo suyo, pescaba y ahuyentaba intrusos como un profesional.

Y aunque en la película Shawshank supuestamente está en Maine, en realidad se filmó en el Reformatorio de Mansfield, Ohio, quizá porque el lugar parecía más creíble para “la gran fuga”… igual que Frank, que además era originario de Ohio.

El despegue inesperado de «Shawshank»

Con un presupuesto de 25 millones de dólares, «The Shawshank Redemption» recaudó alrededor de 28 millones para Columbia Pictures.

A pesar de sus temas potentes —esperanza y redención—, la película cargó con la calificación R, la violencia y una campaña de marketing torpe, y eso la dejó con una recepción bastante tibia. Pero dos cosas impidieron que se perdiera en el olvido. Primero, renació en vídeo doméstico hasta convertirse en un clásico de culto.

¿La segunda razón? Un tipo llamado Ted Turner. El magnate del cable, dueño de TNT, tomó «Shawshank» y la puso en antena como si fuera un balón, transformándola en una favorita del público de todas las edades.

“Durante años, Turner emitía «Shawshank» cada cinco minutos, porque creo que no le costaba nada”, recordó Darabont en una entrevista con Yahoo.

“La gente tuvo infinitas oportunidades de verla en la cadena de Turner, así que yo bendigo a Ted Turner. Porque él apostó por ella de verdad”.

Las manos del director hacen un cameo inesperado

Hablemos un poco de Frank Darabont. El director húngaro-estadounidense dio el golpe en 1994 con «The Shawshank Redemption», que fue nominada a siete Óscar, incluido el de Mejor Película.

Pero el filme no sería lo que es sin la inspiración de «Goodfellas» de Martin Scorsese. Darabont se apoyó bastante en esa película, sobre todo en el uso de la voz en off, el montaje y los saltos entre diferentes periodos de tiempo.

Y aquí va otra curiosidad: en las escenas iniciales, cuando Andy carga el revólver, las manos que se ven no son las de Tim Robbins, sino las del propio Frank Darabont.

Más adelante, cuando Andy graba su nombre en la pared de la celda (aparece dos veces), vuelven a aparecer manos de Darabont en planos de detalle. Esos primeros planos se rodaron en posproducción, porque Darabont consideraba que sólo él podía lograr la precisión que buscaba.

De «Shawshank» a “Shimmy-shimmy-shake”

Tim Robbins ha dicho que no se cansa de oír hablar de «The Shawshank Redemption». Pero cuando aceptó el papel, no se imaginaba cuánto marcaría su carrera.

El guion era lo mejor que había leído, de principio a fin, pero, como ya se dijo, la película no fue un éxito inmediato en taquilla.

“Cuando salió y no funcionó en cines, se daban varias razones: ‘es el título, nadie puede recordarlo’. Y tenía sentido, porque durante años la gente se me acercaba y me decía: ‘Me encantaste en «The Reduction of Scrimshaw» o «Shimmy, Shimmy, Shake» o «Shankshaw»…’”, contó Robbins, recordando esa confusión interminable con el nombre.

Tim Robbins y Morgan Freeman cenan juntos cada pocos años

El Tim Robbins de 66 años ya se había imaginado al Morgan Freeman de 87 incluso antes de conocerse en el rodaje, pero cuando por fin lo tuvo delante, se quedó impactado.

“Cuando nos vimos en persona, me sorprendieron su calidez, su calma, su serenidad. Lo quise no sólo como compañero en «The Shawshank Redemption», sino como amigo. Pasábamos fines de semana juntos y a veces cenábamos después de rodar”, compartió Tim con The Hollywood Reporter.

Robbins añadió: “Todavía ceno con Morgan una vez cada uno o dos años. Con los años, nos han parado personas que dicen que «Shawshank» es su película favorita, o que la han visto 40 veces, o que les cambió la vida, que los salvó de alguna manera. Es algo muy especial, un verdadero regalo”.

De actuaciones inolvidables a detalles ocultos tras la cámara, «The Shawshank Redemption» sigue fascinándonos y sorprendiéndonos incluso con el paso del tiempo.

Así que la próxima vez que vuelvas a verla, fíjate en esos pequeños detalles que pueden pasarte por alto: los mismos que, al final, también forman parte de lo que hace de «Shawshank» una obra maestra. Y no olvides compartir tus momentos favoritos con otros.

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